Además de la enorme presión que está ejerciendo la pandemia de COVID-19 sobre las cadenas agroalimentarias del mundo, el plan de la Unión Europea para combatir el cambio climático podría conducir a una reducción de la producción agrícola en el continente y a una menor competitividad.
La pandemia ha provocado cuellos de botella en los sectores de la producción, la agricultura, el transporte y la logística, así como enormes cambios en la demanda de alimentos y servicios alimentarios, como lo señaló el informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2020-2029.
En su análisis de la situación de la COVID, concluyó que la conmoción del mercado provocada por la pandemia puede adquirir dimensiones históricas, con una fuerte caída de los precios por la disminución de los ingresos, especialmente en los países de renta baja.
Debido a esta pérdida de poder adquisitivo, disminuirá el consumo de alimentos, pese a la caída en precios y se prevé una contracción de la demanda de aceites vegetales y productos animales. (Lea: Producción mundial de carne vacuna crecerá 2 % en 2021: USDA)
Un crecimiento económico inferior en 2020 podría contribuir a una nueva caída de los precios, al menos a corto plazo. Sin embargo, si la situación mejora en 2021, la demanda de productos agrícolas básicos hará que los precios recuperen sus niveles de referencia.
Si el crecimiento económico mundial se sitúa en 3,4 % anual y no hay alteraciones importantes en el comercio internacional, el informe de la OCDE/FAO considera que la producción agropecuaria mundial aumentaría aproximadamente 1,4 % anual durante la próxima década.
Además de enfrentarse a la pandemia, este sector afronta otras incertidumbres, tales como la peste porcina africana, las plagas de langostas, la creciente resistencia a los antimicrobianos y las respuestas regulatorias a las nuevas técnicas de climáticos extremos.
El European Green Deal
El Servicio de Investigación Económica (ERS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó un informe que examina las implicaciones económicas de la estrategia Farm to Fark y Biodiversidad del Green Deal de la Unión Europea en la producción agrícola mundial.
El ERS advierte que este plan a 10 años que busca reducir el uso del suelo, antimicrobianos, fertilizantes y pesticidas conduciría a una disminución de la producción agrícola de la UE y reduciría su competitividad en los mercados nacionales y de exportación.
El análisis se centra en las reducciones propuestas en los insumos agrícolas, incluidas las del uso del suelo (10%), fertilizantes (20%), antimicrobianos en ganado (50%) y plaguicidas (50%). (Lea: Consumo mundial de carne llegará a 76 millones de toneladas en 2029)
En el escenario en el que solo la UE adopta el plan, el ERS proyecta que la producción de carne de vacuno disminuirá un 13,5 % en la UE y ligeramente (-1 %) en EE. UU., mientras que se prevén leves incrementos en Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Suramérica.
La producción de carne de cerdo de la UE disminuiría en aproximadamente 7 %, pero se proyectan aumentos para Canadá (+ 5,4 %), Brasil (+ 4 %) y Estados Unidos (+ 1 %). Los impactos son a mediano plazo, entre ocho y diez años desde la implementación del plan.
En un “escenario intermedio”, donde las restricciones a los insumos agrícolas se extiendan a socios comerciales de la UE que dependen significativamente de las exportaciones de alimentos a la Unión, la producción de carne bovina caería 11,7 % en la UE.
También bajaría en Argentina (-1,3 %), Brasil (-1,7 %) y Australia / Nueva Zelanda (-3 %), pero se proyectan ligeros aumentos para EE. UU. y Canadá. (Informe: Colombia es reconocida globalmente por su ganadería sostenible, natural y ecológica)
En cambio, si el plan se adopta a nivel mundial, la producción de carne vacuna desciende drásticamente en EE. UU. (-21 %), UE (-12,4 %), Brasil (-17,3 %), Argentina (-18 %) y Australia / Nueva Zelanda ( -8,7 %), y más modestamente en Canadá (-2,8 %).
Además, el informe encontró que la adopción de estas estrategias tendría impactos que se extenderían más allá de la UE, elevando los precios de los alimentos en todo el mundo en un 9% (adopción solo en la UE) hasta un 89% (adopción global).
Asimismo, el ERS estima el aumento de los precios de los alimentos en estos escenarios conduciría a un mayor número de personas con inseguridad alimentaria en las regiones más vulnerables en 22 millones (adopción solo de la UE) a 185 millones (adopción global).