Así lo señala el informe “EU Agricultural Outlook for markets, income and environment 2020-2030” en el que realiza un análisis de las perspectivas que se esperan en ese periodo para diversos sectores, incluido el cárnico.
Las preocupaciones de los consumidores sobre el medio ambiente y el cambio climático significarán que prestará más atención al proceso de producción (por ejemplo, regímenes orgánicos y de calidad, bienestar animal y huella ambiental.
A ello se suman cambios en los hábitos de consumo que van desde ajustes dietéticos (más vegetarianos y veganos) hasta de salud (envejecimiento de la población y menores necesidades de proteínas) pasando por la conveniencia (con un cambio de carne fresca hacia carnes y preparaciones más procesadas). (Lea: Unión Europea quiere implementar etiqueta de bienestar animal)
Esto podría conducir a una reducción del hato ganadero de la UE, en particular de bovinos y porcinos (-5,5 millones y -4,5 millones de cabezas, respectivamente) para 2030.
El informe señala que a medida que cambien las pautas dietéticas de los consumidores, las consideraciones sanitarias y las tendencias de conveniencia, se prevé que el consumo de carne (de todo tipo) per cápita en la UE disminuya en 1,1 kg hasta los 67,6 kg en 2030.
Se espera que la producción bruta de carne de vacuno disminuya en 0,6 millones de toneladas (-8,3%) entre 2020-25 y 2030. Mientras que el peso medio de sacrificio podría aumentar ligeramente gracias a tecnologías avanzadas. El rebaño total de vacas de la UE se reducirá en 2,2 millones de cabezas (-7%) para 2030, y el hato lechero debería disminuir progresivamente a medida que aumenta la producción de leche.
La caída en la producción ocurrirá a pesar de las perspectivas de exportación razonables, precios de los piensos ligeramente decrecientes y un repunte esperado en los precios de la carne de vacuno en 2025-2030, cuando la escasez de carne debería ser mayor. (Lea: Conozca la campaña en Europa que busca impulsar el consumo de carne bovina)
El consumo de carne de vacuno en la UE disminuirá en 0,9 kg per cápita, pero las oportunidades de exportación podrían mejorar a medio plazo. Las importaciones también podrían aumentar lentamente, tras el aumento gradual de los contingentes arancelarios derivados de la entrada en vigor de los recientes acuerdos de libre comercio entre la UE y determinados socios comerciales.
No obstante, dice el informe, se espera que el consumo mundial de carne siga creciendo (1,1% anual), gracias al crecimiento de la población y de la economía en los países en desarrollo. Mientras en una gran parte del mundo la demanda se cubrirá a través de la producción nacional (+ 1% por año), también habrá 4 millones de toneladas adicionales de importaciones (especialmente de aves y carne de res) para cubrir la brecha en muchos países.
Se prevé que las exportaciones mundiales caigan del 7 % en 2020 al 6 % en 2030. Se espera que las ventas externas de animales vivos disminuyan gradualmente debido a la menor demanda de Turquía y las preocupaciones sobre el bienestar de los animales durante el transporte.
Entre tanto, las importaciones de carne de vacuno de la UE, que cayeron drásticamente en medio del COVID-19 por medidas de bloqueo, se normalizarán lentamente, dado el gradual aumento de contingentes arancelarios en los acuerdos de libre comercio. (Lea: ¿Qué trae la nueva estrategia de la Comisión Europea para la ganadería?)
Se espera que los cortes de carne de alto valor sean los más beneficiados de este desarrollo. Continuará la amplia oferta de Brasil, Estados Unidos y Argentina para presionar a la baja los precios de la carne vacuna en el mundo y en la UE en los próximos años. No obstante, en 2025-2030, los precios de la carne vacuna deberían subir ligeramente debido a una desaceleración de la producción mundial.