La desnutrición significa enormes costos económicos para un país, tanto en atención médica como en escasa productividad, que puede implicar una pérdida considerable a nivel del Producto Bruto Interno, PIB, según expertos de la FAO.
La batalla contra la desnutrición y lo que aún falta por hacer para alcanzar uno de los objetivos del Milenio -reducir a la mitad la proporción de personas subalimentadas en los países en desarrollo para 2015-, será uno de los temas principales de la Segunda Conferencia Mundial sobre Nutrición que se realizará en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, en Roma del 19 al 21 de noviembre. (Lea: Gobierno y FAO presentan nuevas guías alimentarias para Colombia)
Entre 1992 y 2014, el número de personas que padecen hambre en el mundo disminuyó de 1.015 a 805 millones. La mayoría de ellos vive en países de África y Asia.
"Si un niño está desnutrido va menos a la escuela porque se enferma, pero también tiene menos capacidad para aprender. Y cuando será un joven, su cuerpo estará menos desarrollado", explicó a la AFP Luca Russo, economista del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO.
"En países donde el sector agropecuario depende mucho del trabajo humano y no de las maquinarias -continuó-, esos jóvenes tendrán menos capacidad física para trabajar e intelectual para aprender nuevas tecnologías y eso incidirá negativamente en la producción", indicó.
En Etiopía, por ejemplo, el costo de la desnutrición significa el 16 % del PIB mientras en otros países ese costo representa el 3 o 4 %.
En Bolivia, hasta 2005, significaba el 6 % del PIB, indicaron los expertos. (Lea: Buscan saber si colombianos comen lo quieren o lo que les toca)
"Estos cálculos son complejos pero posibles y constituyen un importante mensaje para los gobiernos", subrayó Russo.
"Los primeros cálculos los hizo la Comisión Económica de Naciones Unidas en Bolivia y luego fueron aplicados a África. Demuestran que invertir en nutrición es conveniente
económicamente", explicó Martina Kress, experta de la Oficina de Nutrición de la FAO.
"A veces se ha pensado en el crecimiento económico como motor de una mejor nutrición. En cambio se ha visto que es demasiado lento. Pero si se mejora la nutrición directamente estimulando una buena dieta alimentaria, se conseguirá un mayor y más rápido impacto económico", añadió.
La desnutrición y la mala nutrición llevan además a un crecimiento de otras enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Se estima que la desnutrición está asociada al 35--55 % de las enfermedades, explicó Charlotte Dufour de la Oficina de Políticas y Programas Nutricionales de FAO.
Por otra parte "si los niños están desnutridos y se enferman seguido, requieren más cuidados y tiempo de la madre, y ella no puede ir al mercado a vender sus productos o no puede ir a trabajar y hasta podría quedar desocupada. La desnutrición afecta muchos aspectos de la vida de una familia y de un país, incluso a nivel político porque 'Hungry people is angry people' (Gente hambrienta es gente enojada)", subrayó. (Lea: Una de cada nueve personas en el mundo sufre de hambre)
En los países africanos que padecen ébola, la enfermedad ha tenido y tendrá un gran impacto económico. Todos los recursos que se tenían a nivel de salud han sido destinados a ella descuidando otras enfermedades, la producción de esos países ha decrecido y los precios se han elevado, contó Russo.
América Latina y la inclusión social
Unos 63 países han conseguido desde 1992, o están a punto de lograr, el objetivo del Milenio de reducción de la pobreza, incluidos la mayoría de los latinoamericanos.
Pero 23 en el mundo están muy lejos de conseguirlo. Entre ellos Haití, que ha pasado por repetidas crisis políticas y económicas además del terremoto de 2010.
"Para países como Haití se requiere un compromiso a largo plazo de los gobiernos locales, de los países desarrollados, de las organizaciones regionales y de los donantes", dijo Russo.
Según Kress, que ha visitado los países andinos, Latinoamérica ha tenido éxito al reducir malnutrición y desnutrición "porque sus gobiernos han centrado la atención en la inclusión social y esta inclusión se ha aplicado a los indígenas", reconoció. (Lea: Renovar compromiso frente hambre y malnutrición pide la FAO)
"Bolivia, que tenía una alta incidencia de desnutrición, ha conseguido resultados sorprendentes", recalcó.
Una forma que permitió mayor inclusión social fue el "sistema nacional de protección social", explicó, con una visión integral a nivel de salud, de generación de ingresos, de agricultura, de educación: "Porque si se educa, la gente estará en mejores condiciones de limitar los problemas nutricionales", concluyó.