Los precios mundiales de los alimentos básicos cayeron en mayo por cuarto mes consecutivo, en medio de una oferta que se presenta abundante y una demanda que se debilita debido a las contracciones económicas provocadas por la COVID-19.
El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, que hace un seguimiento de los precios internacionales de los productos que se comercializan habitualmente, quedó en mayo en un promedio de 162,5 puntos, un 1,9 % menos que el mes anterior y su nivel más bajo desde diciembre de 2018.
El índice de precios de los productos lácteos bajó 7,3 % con respecto a abril, debido a la fuerte caída de las cotizaciones de la mantequilla y el queso -por factores estacionales de la oferta y una menor demanda de importaciones-, y se situó un promedio del 19,6 % por debajo de su nivel de hace un año. (Lea: FAO entrega consejos para alimentarse y enfrentar el coronavirus)
Las cotizaciones de la mantequilla disminuyeron a raíz de la abundancia de suministros estacionales, especialmente en Europa, mientras que las del queso descendieron ante la presión ejercida por una menor demanda de importaciones unida a la abundancia de suministros exportables de final de temporada procedentes de Oceanía.
Entre tanto y a pesar de las abundantes disponibilidades exportables y existencias, las cotizaciones de la leche entera en polvo y de la leche desnatada en polvo descendieron solo moderadamente, gracias a que los precios bajos y la reanudación de las actividades económicas en China ocasionaron un fuerte interés en las compras.
Por su parte, el índice de precios de la carne de la FAO bajó 0,8 % frente a abril, registrando un descenso por quinto mes consecutivo. A este nivel, el índice se encuentra 3,6 % por debajo frente al mismo mes del año pasado y 20,8 % por debajo de su nivel máximo, alcanzado en agosto de 2014.
En mayo, las cotizaciones internacionales de las carnes de aves de corral y de cerdo siguieron disminuyendo como resultado de las abundantes disponibilidades exportables en los principales países productores, pese al aumento de la demanda de importaciones en Asia oriental tras la relajación de las medidas de distanciamiento social adoptadas ante la COVID-19. (Lea: FAO requiere USD 350 millones para evitar aumento de hambre)
Los precios de la carne de ovino disminuyeron ligeramente debido a la menor demanda de importaciones en Oriente Medio, ocasionada por dificultades económicas y problemas logísticos. Por el contrario, las cotizaciones de la carne de bovino aumentaron debido a la fuerte demanda de importaciones sumada a la reducción de los suministros procedentes del Brasil y Oceanía por el inicio de las fases de reconstitución de la cabaña ganadera.
Por su parte, el índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó 1 % respecto a abril. Aunque los precios internacionales del arroz subieron ligeramente, impulsados por aumentos en las variedades japónica y basmati, mientras que los precios de exportación del trigo bajaron con las expectativas de suministros abundantes a nivel mundial. Los precios de los cereales secundarios también siguieron bajando, y los del maíz de EEUU están ahora casi un 16 % por debajo de su nivel de mayo de 2019.
En el caso de los aceites vegetales perdió 2,8 %, hasta quedar en el nivel más bajo de los últimos 10 meses. Mientras que las cotizaciones del aceite de colza y de girasol subieron, las del aceite de palma cayeron por cuarto mes consecutivo, lo que refleja una demanda mundial de importaciones moderada y unos niveles de producción e inventarios superiores a los previstos en los principales países exportadores. (Lea: Índice de precios de los alimentos de la FAO cayó por la Covid-19)
El único Índice que mostró aumento fue el del azúcar que aumentó 7,4 % respecto al mes anterior y recuperando la mitad de su descenso de abril gracias a un repunte de los precios internacionales del petróleo, así como a cosechas inferiores a las previstas en la India y Tailandia, respectivamente el segundo productor y el segundo exportador mundial de azúcar.