En la red social Douyin (la versión de TikTok en China) se hizo viral la historia de un hombre que vive en un quinto piso en China y tiene ganado en su balcón. Los videos de siete terneros disfrutando de su comida en edificio residencial en la provincia de Sichuan, suroeste de China, se han visto 4 millones de veces, según detalló el diario hongkonés South China Morning Post.
Aunque el ocupante del complejo residencial dijo que el ganado solo estuvo en las instalaciones un día antes de que los vecinos, molestos por sus mugidos y mal olor, alertaran a las autoridades, otras versiones aseguran que pretendía mantener a los animales en su vivienda. (Lea en CONtexto ganadero: 10 curiosidades que posiblemente usted no sabía sobre las vacas)
Los terneros, que pesaban entre 10 y 20 kg cada uno, fueron retirados por funcionarios de gestión urbana el 14 de julio, informó un diario local. Pero al parecer, el personal de administración de la propiedad y los guardias se han visto envueltos en un conflicto con el dueño de los terneros que intentaba colarlos de nuevo en el apartamento.
Los internautas se mostraron sorprendidos por la historia. Algunas de las opiniones fueron: «Estoy seguro de que el ganado nunca imaginó que algún día podrían vivir en un edificio», «pobres terneros, siendo apretados en un balcón tan pequeño» o «al menos prueba que el edificio es de buena calidad».
El complejo residencial alberga a personas reasentadas de zonas rurales cercanas, lo que podría explicar la situación. En enero, un residente se quejó de que muchos hogares estaban criando pollos en sus apartamentos. (Reportaje en CONtexto ganadero: Ganadería El Balcón, modelo de ganadería sostenible con generación de agua)
El diario explicó que los usuarios en redes sociales mostraron comprensión por los campesinos que fueron reubicados y obligados a adaptarse una nueva rutina en la ciudad. «La gente allí se ha pasado la vida viviendo en el campo y estaba acostumbrada a criar aves de corral y plantar verduras en sus patios», señaló uno.
El 15 de julio, una mujer de la provincia de Heilongjiang, en el norte de China, se quejó de un vecino anciano que continuaba con sus hábitos agrícolas en la planta baja de su apartamento. La mujer dijo que su familia se vio obligada a mudarse porque les preocupaba que el olor pudiera dañar la salud de su hijo de un año.