La ganancia en peso y el mejoramiento de la producción de leche y carne se generan con una adecuada alimentación para los vacunos.
Aunque pareciera elemental la afirmación, muchos países no proporcionan comida de calidad y en las cantidades requeridas. Como consecuencia, las crías adquieren más enfermedades lo que genera costos al productor. Además, no se consiguen las ganancias proyectadas.
A esa conclusión se llegó en el marco del IX Seminario de la Integración para el Desarrollo Ganadero, desarrollado en Buenos Aires, en el cual varios estudiantes y docentes de la Universidad Católica Argentina, UCA, desplegaron el resultado de una investigación sobre la eficacia de la cría con alimentación de calidad.
Lucía Gómez, estudiante e investigadora de la UCA, manifestó a agrositio.com que la ganadería de Argentina no ha aprovechado las ventajas comparativas en los últimos 40 años. “Reconocemos que dicha situación tiene sus orígenes en múltiples causas: de orden organizativo, productivo y político” subrayó. (Lea: En Argentina la prioridad es fortalecer la productividad ganadera)
También se tuvo en cuenta la implementación de tecnología en los establos como una ventaja a favor del productor sin que sea relevante el tamaño del establecimiento donde crece la cría, según dijo Ignacio Rodolfo Aust, investigador de UCA.
Una de las intervenciones más importantes en el seminario fue la del ingeniero agrónomo, Sebastián Riffel, quien profundizó en el tema de la eficacia alimentaria con base en pasturas y complementos, tanto para la cría como para la madre, teniendo en cuenta que el ternero se desteta. (Lea: En tiempos severos, el destete precoz contribuye con la ganadería)
Según Riffel, la baja eficiencia de la cría en Argentina se presenta al no considerar la relevancia del destete. “El índice nacional de destete es de 60%, lo cual indica que de cada 100 vacas que tenenos solo se detestan 60 terneros por año. De esta forma, 40 de las 100 no producen nada, y eso en términos de eficiencia es costoso y malo, porque las 40 vacas que no producen, igual comen como las que producen. En ese punto, la cría tiene mucho camino por recorrer”.
El experto agregó que la recuperación de la eficiencia de las crías se logra al dar a los animales sorbo, maíz, cebada y sistemas de forrajes. (Lea: Sistemas silvopastoriles, de vital importancia en hatos ganaderos)
Andrés Zuluaga Salazar, coordinador general del proyecto Ganadería Sostenible, de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, señaló que los árboles y pasturas que conforman forrajes son fuente de alimento para los bovinos porque tienen la ventaja de tener frutos, hojas con proteínas y carbohidratos solubles que ayudan a los animales en cualquier época del año y sobre todo en tiempos críticos.
“Los sistemas silvopastoriles no solo contribuyen con el medio ambiente, son fuente de alimento para los animales que se consigue en fincas o en bancos de forrajes”, puntualizó Zuluaga.
El ingeniero agrónomo concluyó que al momento de dar comida se debe considerar la cantidad y la época del año con el afán de contribuir con la productividad de los bovinos que son la base del negocio ganadero en cualquier parte del mundo. "Si están bien alimentados ganan peso y el sistema general de eficiencia va a mejorar", dijo.