Las emisiones de metano producto de la ganadería, en parte responsables del calentamiento global, son más importantes de lo que se creía hasta ahora, según un estudio publicado el pasado viernes. Las emisiones de CH4, un gas con efecto invernadero menos persistente pero mucho más potente que el CO2, eran en 2011 un 11 % superiores respecto a las anteriores estimaciones, basadas en datos antiguos sacados, principalmente, del informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por su siglas en inglés) de 2006, indica el estudio, publicado en la revista Carbon Balance and Management. Estas emisiones están vinculadas a fenómenos de fermentación durante el proceso de digestión de los rumiantes, pero también a los modos de almacenamiento y de tratamiento de los excrementos. "En numerosas regiones del mundo, la cantidad de ganado evoluciona, y la ganadería produce bestias más gordas, que ingieren un mayor volumen de alimentos", subraya la autora principal, Julie Wolf, investigadora del departamento de Agricultura de Estados Unidos. "Eso, sumado a los cambios en la gestión del ganado, puede conducir a un aumento de las emisiones". Los investigadores ultimaron un nuevo método de evaluación de emisiones por cabeza de ganado. La tendencia en las últimas décadas varía, no obstante, según el país. "Las emisiones de metano producto del ganado crecieron más fuertemente en las regiones que se desarrollan rápidamente, en Asia, en América Latina, en África", destaca uno de los autores del estudio, Ghassem Asrar, director del Joint Global Change Research Institute, con sede en Maryland (Estados Unidos). "En cambio, esas emisiones aumentaron menos fuertemente en Estados Unidos y en Canadá, y bajaron ligeramente en Europa occidental", precisó. Las emisiones globales de metano en la atmósfera se dispararon en los últimos diez años, a causa, principalmente, de la explotación de energías fósiles y, más probablemente, por las actividades agrícolas, según otro estudio publicado a finales de 2016. Según el IPCC, que se encarga de recabar y sintetizar regularmente los datos y conocimientos sobre el cambio climático, este gas inodoro e incoloro fue responsable del 16 % de las emisiones de gases con efecto invernadero en 2015. Por su parte, el CO2, causado principalmente por la combustión de petróleo, de gas y de carbón, representaría el 75 %. "Nuestra alimentación cada vez incluye más carne y más productos lácteos, su coste climático tiende a aumentar", subrayó Dave Reay, profesor en la universidad de Edimburgo. "Reducir la producción del metano procedente de las vacas quizá no sea tan espectacular como los aerogeneradores o los paneles solares, pero, cuanto menos, es igual de vital", agregó.