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Foto: IICA

Rattan Lal “La agricultura del carbono consiste en que la cosecha de carbono genere ingresos a los agricultores, debido a los beneficios ambientales que trae. Aumentar la materia orgánica en el suelo en solo 1% favorece enormemente la retención de agua”.

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El programa Suelos Vivos en las Américas presentó sus casos de éxito

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Es un instrumento diseñado para contribuir a la sostenibilidad de la agricultura y a la calidad de vida en las zonas rurales del hemisferio. Está generando conciencia sobre la importancia de la salud de los suelos para la seguridad alimentaria global

El Programa Suelos Vivos en las Américas, liderado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el científico Rattan Lal, presentó los resultados más relevantes que ha obtenido en el continente desde su lanzamiento en 2020, gracias al trabajo conjunto con socios de los sectores público y privado.

Durante un evento virtual, se presentaron los principales resultados de tres casos exitosos vinculados al programa: C-Farm, liderado por el profesor Lal; C-Carbono, encabezado por la Universidad de São Paulo; y Chakras, conducido por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

Rattan Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo, presentó detalles y números del proyecto que lleva adelante el Lal Carbon Center, en la Universidad Estatal de Ohio. El trabajo del científico apunta a que el carbono se convierta en un BIEN Básico (commodity)como el resto de los que cosechan los agricultores.

De todas maneras, agregó que el éxito de cualquier estrategia de recuperación de los suelos depende de la cooperación con el sector privado. “Es el que puede ayudarnos –advirtió- a convertir la ciencia en acción. La meta central es no dejar a ningún agricultor atrás”.

Por su parte, el investigador de la Universidad de São Paulo, Carlos Cerri, quién ha trabajado el mismo programa en Colombia, presentó el trabajo de buenas prácticas agrícolas con las cuales los países de las Américas tienen la oportunidad de aumentar el secuestro de carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Estamos avanzando en el conocimiento y sabemos que hay un potencial enorme no solo de secuestrar carbono en el suelo sino también de evitar casi el 40% de las emisiones”, afirmó.

Otro caso presentado fue el proyecto Chakras, que promueve en Argentina la conservación ambiental sobre la base de tres pilares en la agricultura: labranza cero, rotación y diversificación de los cultivos y una cobertura permanente del suelo con cultivos o residuos del suelo.

“Junto a la Confederación de Asociaciones Americanas para la Agricultura Sustentable (CAAPAS) trabajamos para comprender cuál es la capacidad de absorber carbono orgánico de los suelos a través del sistema de siembra directa en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Y la idea es ampliar el proyecto a otros países de América Latina”, explicó Andrés Madias, de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

Una de las empresas socias del proyecto, Bayer, indicó estar comprometida con el objetivo global de aumentar la producción de alimentos en un 50% para 2050, sin ampliar la frontera agropecuaria ni utilizar más recursos naturales.

Felipe Albuquerque, Jefe de Sustentabilidad de Bayer para América Latina, explicó que la compañía se fijó las metas de reducir en un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero por cada kilogramo de alimento producido.

“Ya hemos demostrado que la agricultura regenerativa tiene un impacto positivo real en la productividad y el cuidado ambiental. El gran desafío es empoderar a los pequeños agricultores para que la practiquen. Bayer cree que la ciencia tiene que estar en la base de todo y que la agricultura regenerativa es el único camino”, afirmó.

Desde Syngenta, Patricia Toledo y Carlos Torres enfatizaron que la transformación de la agricultura es posible sólo a través de la innovación y coincidieron en que es fundamental capacitar a los pequeños productores en agricultura regenerativa a través de programas privados y también de políticas públicas.

También dieron detalles de LivinGro, el programa de Syngenta que promueve prácticas de manejo ecológico en diferentes sistemas agrícolas de la mano de tecnologías modernas y diversas de protección de cultivo.

Suelos Vivos en las Américas vincula la ciencia, las políticas públicas y las compañías alimentarias con el trabajo de restauración de los suelos y el programa ha posibilitado la concreción de eventos de alto nivel con tomadores de decisiones, la elaboración de publicaciones técnicas sobre prácticas para la recuperación y recarbonización de los suelos y la creación de mecanismos para la diseminación de información relevante.

También ha impulsado la participación del sector agropecuario de las Américas en los más relevantes foros internacionales, como las últimas Conferencias de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 27 y 28).

“La recuperación de la salud del suelo es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y preservar los servicios ecosistémicos que sostienen la vida en el planeta. La agricultura es parte de la solución a los desafíos globales y así debemos demostrarlo a través de una agenda que valore el rol del sector privado, la ciencia y la innovación”, concluyó Manuel Otero, Director General del IICA.