Recientes informes revelaron que si bien el valor del ganado vacuno en pie en Estados Unidos subió, el valor de la carne que se vende en supermercados, de cortes como filetes o incluso de la carne procesada como hamburguesas, aumentó mucho más.
La semana pasada una noticia sacudió al sector cárnico en EE. UU. cuando JBS, el empacador de carne más grande del mundo, anunció que dejaba la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne (NCBA), como informó el portal The Counter.
Según estos medios, esta decisión es la consecuencia tras las continuas tensiones entre los productores de ganado y los empacadores de carne. (Lea: Proyectan mayor producción de carne de res y mejor precio del ganado en EE. UU.)
A lo largo de la pandemia, los precios del ganado se han mantenido bajos a pesar de que el valor de la carne se ha disparado, una tendencia que sugiere altas ganancias para los empacadores mientras que los ganaderos luchan por mantenerse a flote.
En el pasado, los críticos han acusado a la NCBA de anteponer los intereses de los procesadores a los de sus miembros productores, pero el creciente resentimiento entre los ganaderos llevó a hacer un llamado por una mayor transparencia de la industria.
A su vez, el periódico The Gazette reveló que los propietarios de ganado vacuno “están furiosos con el precio de la carne”, pues mientras que el costo de hamburguesas y bistecs se dispara en los supermercados, el pago por los animales apenas se ha movido.
El mercado está dominado por cuatro gigantes empresas empacadoras que controlan la mayor parte del procesamiento en EE. UU. Richard Godfrey, presidente de la Asociación de Ganaderos de Iowa, escribió en una carta que esta situación debe corregirse.
“La industria ganadera es particularmente vulnerable debido a los pocos compradores en el mercado. En la actualidad, un oligopolio de cuatro empacadoras de carne controla aproximadamente el 85 % de la industria de procesamiento”, sostuvo.
Añadió que la concentración entre Tyson Foods, JBS, National Beef y Cargill ha creado un cuello de botella en la cadena de suministro de carne, llevando a “la manipulación del mercado”. (Lea: Los ganaderos no están recibiendo alza del precio de la carne al consumidor)
De hecho, un alto funcionario del Departamento de Agricultura (USDA) aseguró que el Gobierno ve los patrones de precios en el procesamiento como evidencia de que la concentración está teniendo efectos dañinos en la cadena de suministro y en las zonas rurales.
Por su parte, congresistas de ambos partidos presentaron una legislación que pide más transparencia en los precios y los términos de las compras de ganado, con la esperanza de que otorgue a los productores más influencia en las transacciones.
“Los productores independientes merecen que se les pague lo que vale su carne”, manifestó el senador Chuck Grassley de Iowa, en tanto que la senadora Deb Fischer de Nebraska argumentó que los operadores de corrales de engorde perdían cientos de dólares por animal.
En cambio, las procesadoras están prosperando. Tyson Foods, la mayor empresa cárnica de EE. UU., informó ganancias récord del 11 % en el segundo trimestre, en tanto que sus acciones han subido un 22 %. (Lea: Analistas consideran que subirá el precio del ganado en el mundo)
Con la disminución de las restricciones, los restaurantes están reabriendo y comprando carne. Con subsidios y mejores ingresos de una economía en recuperación, los estadounidenses están dispuestos a pagar por bistecs y hamburguesas más caras.
Desde el 12 de marzo, el precio al por mayor de la carne de res se ha disparado un 43 %, según el USDA, pero los precios del ganado han subido solo un 5 %. Un informe del USDA que examinó los márgenes de ganancia de las empacadoras no llegó a ninguna conclusión sobre si los precios fueron manipulados.