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Foto: Mangle rojo en Punta Allen.

internacional

El gran aporte de los manglares a la mitigación climática

por: - 31 de Diciembre 1969

Los manglares ocupan menos de 14 millones de hectáreas –apenas el 2.5 % del tamaño de la selva amazónica–, pero proporcionan una amplia gama de servicios ecosistémicos.

Los manglares ocupan menos de 14 millones de hectáreas –apenas el 2.5 % del tamaño de la selva amazónica–, pero proporcionan una amplia gama de servicios ecosistémicos.   Son hábitats críticos de cría para peces, aves y mamíferos marinos; actúan como filtros de nutrientes efectivos, amortiguan comunidades costeras de tormentas, y apoyan numerosas economías rurales.   Estos beneficios del servicio ecosistémico se han valorado en un promedio de USD 4.200 ha-1 año-1 en el sudeste asiático (Brander et al 2012).   Sin embargo, y pese a estos beneficios, los manglares están muy amenazados por la expansión urbana y otros usos de la tierra de "mayor valor" debido a su proximidad a los principales asentamientos humanos.   No hay estimaciones confiables de la cobertura original del manglar, pero algunos autores han sugerido que puede haberse perdido el 35 % o más de la cobertura original y se han degradado áreas más amplias (Valiela et al 2001, Spalding et al 2010).   Las tasas de pérdida se han reducido drásticamente en los últimos 10-20 años en la mayoría de las áreas, pero siguen siendo considerables con tasas de hasta 3.1 % anual en algunos países (Hamilton y Casey 2016).   Los principales factores de pérdida son la conversión para la acuicultura, especialmente la cría de camarones, la agricultura y el desarrollo urbano. La pérdida por eventos climáticos extremos también es más común (Duke et al 2017).   El papel de los bosques de manglares   Con el creciente reconocimiento de que una acción efectiva sobre el cambio climático requerirá una combinación de reducciones y remociones de emisiones, proteger, mejorar y restaurar los sumideros de carbono naturales se han convertido en prioridades políticas.   Los bosques de manglares pueden jugar un papel importante en la remoción de carbono. Además de ser uno de los ecosistemas más densos en carbono del mundo, si se mantienen inalterados, los suelos de los manglares actúan como sumideros de carbono a largo plazo. Como tal, existe un gran interés en el desarrollo de herramientas de políticas para proteger y restaurar los manglares mediante el pago de los servicios de los ecosistemas.   Los manglares pueden almacenar cantidades significativas de carbono en su biomasa; sin embargo, la gran mayoría del almacenamiento de carbono del ecosistema se encuentra típicamente en el suelo.   Por ejemplo, Kauffman et al (2014) encontraron que dentro del mismo estuario, el carbono del suelo contribuyó con el 78 % del almacenamiento total de carbono del ecosistema en manglares altos, pero 96 % -99 % del carbono total del ecosistema en manglares de estatura mediana y baja.   Encontraron, a su vez, que la conversión de estos manglares en estanques de camarones resultó en la pérdida del 90 % de este carbono de los 3 m superiores del suelo.   Además de las emisiones evitadas, muchos suelos de manglares se están acrecentando a medida que aumenta el nivel del mar (Krauss et al 2014), proporcionando un secuestro continuo de carbono del orden de 1.3-2.0 Mg C ha-1 año-1 (Breithaupt et al 2012, Chmura et al. al 2003).   Claramente, puede haber un beneficio climático importante para detener o incluso ralentizar la tasa de conversión de los manglares, con un potencial aproximado estimado en 25-122 Tg C año-1.   Una oportunidad para Colombia   Para las naciones con grandes tenencias de manglares, la protección y la restauración pueden contribuir de manera importante al cumplimiento de los objetivos de mitigación climática (Herr y Landis 2016), lo cual puede constituirse en una gran oportunidad para Colombia (nota fuera del texto original).   Comprender la distribución del carbono del suelo en los bosques de manglares será muy importante para priorizar los esfuerzos de protección y restauración para la mitigación del clima. Los controles en las reservas de carbono del suelo son diversos y es probable que dependan de la escala; sin embargo, se pueden hacer algunas generalizaciones.   En impacto de los sedimentos minerales   Los manglares, sin importar cuán productivos sean, tendrán dificultades para tener reservas altas de carbono en el suelo en el metro superior de suelo si reciben grandes cargas de sedimentos anuales.   Los bosques de manglares en los deltas de los ríos, como los Sundarbans y el delta del río Zambezi en Mozambique, típicamente contienen solo un porcentaje de carbono orgánico en todo el perfil del suelo.   Es posible que estas ubicaciones sigan teniendo un alto contenido de carbono, pero la densidad del carbono es baja debido a la alta entrada de carbono de los sedimentos minerales.   Por el contrario, los bosques con una productividad moderadamente baja pueden acumular grandes cantidades de carbono en el suelo si se encuentran en un entorno hidrogeomórfico aislado. Dentro del mismo bosque de manglares hay gradientes hidrogeomórficos típicamente escarpados desde la extensión del bosque hacia el mar que da como resultado la zonificación de la vegetación y el almacenamiento de carbono en el suelo pero no necesariamente por las mismas razones.   Dentro de una posición hidrogeomórfica similar, la productividad forestal y las condiciones  edáficas del suelo (por ejemplo, potencial redox, pH, salinidad) que conducen las tasas de descomposición son a menudo los controles dominantes en la densidad de carbono del suelo.   La consideración de esta jerarquía anidada de controles será necesaria para capturar con éxito la variabilidad en el carbono del suelo a escalas tanto locales como globales.   Las estimaciones precisas y la comprensión de la distribución espacial de las reservas de carbono en el manglar son un primer paso crítico para comprender los impactos climáticos y antropogénicos en el almacenamiento de carbono de los manglares y para realizar el potencial de mitigación climática de estos ecosistemas a través de diversos mecanismos de política.   Las estimaciones mundiales previas, no capturan la suficiente variabilidad espacial a mayor escala que se requeriría para informar las decisiones locales sobre la protección de emplazamientos y los proyectos de restauración.   Fuente: A global map of mangrove forest soil carbon at 30 m spatial resolution (introducción), citado en www.catie.ac.cr 14 de mayo de 2018