Un aumento de 100.000 toneladas de carne exportadas genera unos 10.000 puestos de trabajo adicionales en argentina, en particular en el sector primario con el consecuente impacto en las economías regionales. La conclusión corresponde a un trabajo de los economistas Adrián Gutiérrez Cabello y Agustina Ciancio, de la Universidad Nacional de San Martín. Según el informe, las remuneraciones vinculadas a esos nuevos puestos de trabajo determinan $5.100 millones más para el consumo y, conforme a la presión fiscal, $1.700 millones para las arcas fiscales. Los recursos permitirían el pago durante un año de 6.000 jubilaciones mínimas con el aguinaldo incluido (prima). El año pasado, el país exportó unas 310.000 toneladas de carne vacuna y ahora se prevén 400.000 toneladas para el cierre de 2018 (en los seis primeros meses del año ya se vendieron al exterior 201.000 toneladas). Gutiérrez Cabello aclara que la mayor recaudación se da de manera genuina por el mayor valor agregado de los eslabones productivos y no un alza de la presión impositiva. Unos $2.040 millones corresponden a cargas nacionales directamente relacionadas con la actividad frigorífica y unos $211 millones corresponderían a Ingresos Brutos que cobran las provincias. El reporte repasa –en los últimos 30 años- cómo fue cayendo tanto el consumo de carne por habitante en Argentina (20 kilos) como su posicionamiento internacional, como consecuencia de las restricciones impuestas en 2008 a las exportaciones. Desde 2009, el stock ganadero fue en retroceso pero, con el nuevo Gobierno, la eliminación de regulaciones (quita de trabas para exportar y de retenciones) permitió el inicio de la recomposición. En marzo de este año se registraron 53,3 millones de cabezas de rodeo nacional. Fuente: produccionrural.com.ar