El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha notificado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) -conocida como el mal de las vacas locas- de la cepa atípica tipo H (no clásica) en una finca de El Piñero (Zamora, España). La encefalopatía espongiforme (Creutzfeldt jakob = Vacas locas) aparece cuando la estructura normal de esta proteína prión se altera. La proteína prión alterada (PrPsc) actúa sobre las proteínas prión normales (PrP) y consigue que éstas cambien también su estructura. Poco a poco, aparecen malformaciones en las células del cerebro (neuronas). El prión alterado provoca "agujeros" en las neuronas. Visto al microscopio, el tejido cerebral adquiere la apariencia de una esponja. Y esta es la característica que da nombre a las encefalopatías espongiformes (cuidateplus.marca.com). Según el informe de la OIE (Alertas), el evento se inició el 24 de enero de 2019, y se confirmó el 19 de febrero. El animal afectado era una hembra de la raza frisona que nació el 30 de julio de 2013, informó el portal agroinformacion.com. El documento detalla que el 25 de enero el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete recibió una muestra de tejido nervioso sospechosa de EEB desde el laboratorio regional acreditado de Sanidad animal de Villaquilambre (León), tras haber obtenido resultado positivo al test rápido al que fue sometido. Tras uno de los últimos casos detectados en España en noviembre de 2017, el presidente del Consejo General de Veterinarios de España, Juan José Badiola, aseguró a Efeagro, según la cota de agroinformación. com, que los casos esporádicos de EEB atípica “no tienen mucha relevancia” para la salud pública. No tiene relación con los sistemas convencionales Además, señaló que “aparentemente” la cepa atípica no tiene relación con “los sistemas convencionales” de transmisión y contagio de la EEB clásica, es decir, a través de la alimentación. El último incidente similar detectado en España fue en 2017, en un caso de encefalopatía en una vaca de una explotación ganadera de Galinduste (Salamanca), aunque comprada en Horcajo Medianero, que acabó obligando a sacrificar a la res afectada y otras tres animales más en Salamanca y Ávila. Así, según señalaron en su momento a Efe fuentes del Gobierno regional, este caso tampoco iba a afectar al estatus de la cabaña ganadera de Castilla y León, ya que, según las mismas fuentes, se trataba de un caso de encefalopatía atípica, que es diferente a la encefalopatía espongiforme bovina, conocida popularmente como el mal de las vacas locas, dijo agroinformación.