Las familias de escasos recursos que habitan en zonas urbanas pueden garantizar su seguridad alimentaria con los innovadores cultivos organopónicos e hidropónicos.
Frutas y hortalizas pueden estar a disposición de las comunidades que no tienen una economía estable, pero que consideran la siembra de diferentes alimentos en el techo o patio de su casa.
Los huertos hidropónicos y organopónicos se caracterizan por estar elaborados con elementos reciclados o que se consiguen a un bajo precio. Además los cultivos crecen en espacios reducidos, en los que se pueden sembrar diversos productos.
Las personas en su casa construyen mesas de 1 a 1,20 metros de acho, 0,60 metros o menos de alto y 0,15 0,30 centímetros de profundidad, con madera, bolsas plásticas negras de polietileno y clavos para luego poner las plantas con abono. (Lea: Cultivadores del país se capacitan en manejo de frutas y hortalizas)
La práctica inició en zonas rurales hace década y se extendió a las ciudades de Venezuela, Ecuador, Bolívar y Colombia, donde las poblaciones vulnerables la han puesto en marcha.
Entre los productos que más se siembran están la remolacha, apio españa, lechuga, repollo, acelga, perejil, cilantro, remolacha, pepino, calabacín, zanahoria, papa, brócoli, coliflor, pimentón, ají, berenjena, auyama, repollo y tomate. Pero, ¿cuál es la diferencia entre los cultivos hidropónicos y los organopónicos?
Las huertas hidropónicas consisten en ubicar la planta en tubos de PVC, guadua o madera y proporcionar un sistema de riego con agua de lluvia controlado. Las plantas en ningún momento hacen contacto con el suelo.
Los cultivos organopónicos están sobre la tierra y se surten de agua, ya sea mediante un sistema controlado de riego o de la lluvia.
Ambas siembras tienen en común que se ubican en espacios reducidos, y al estar libres de pesticidas son amigables con el medioambiente, ante lo cual también se denominan alimentos orgánicos. (Lea: Entra en desarrollo plan piloto de frutas y hortalizas en el Cesar)
Garantizar el sustento de la familia
Iván Araque, agricultor de Caracas, Venezuela, dijo a www.mundoagropecuario.com que la producción de sus huertas caseras las vende a la comunidad de su barrio y deja una proporción de alimentos para su familia.“Tengo aguacate, yuca, parchita y ahuyama, y spiro a sembrar más”, mencionó Araque.
Dioménica Vega, técnico de la Fundación Ciara, señaló al mismo medio de comunicación que en Venezuela se adelanta el proyecto Agrocuidad, el cual busca que las personas en un pequeño espacio puedan sembrar alimentos más saludables y libres de tóxicos.
A su vez, Julio Soliz, investigador de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca, en Ecuador, emprende un proyecto hidropónico con tomate de mesa y lechuga.
Él emplea el cultivo hidropónico en invernadero para evitar que en tiempo de sequía o invierno se dañe la producción.
En Colombia, las plantas se ubican en tubos de PVC o en botellas de plástico. La creatividad depende de cada hogar. Varias regiones han optado por sembrar no solo en patios y jardines, los techos también son utilizados. (Lea: Cúcuta consume las frutas más caras del país)
Víctor Manuel Giraldo Rojas, asesor de cultivos hidropónicos y orgánicos en Colombia, explicó a CONtexto Ganadero, que las personas que quieren medírsele a esta opción de sustento se deben capacitar en el manejo de sustratos, minerales, zonas a sembrar y tipo de recipientes a utilizar.
“Siempre se emplean plásticos para poner la planta. Las sales minerales son esenciales para proporcionar todos los nutrientes que necesita la plantación por no estar en el suelo”, manifestó Giraldo Rojas.
El experto en cultivos hidropónicos agregó que lo fundamental es que el cultivo reciba la luz solar, por eso es aprobado sembrar en un techo, sobre todo en el caso de hogares sin patio y que requieren de los alimentos para su sustento diario. (Lea: "Aquí no hay políticas de desarrollo rural": Asohofrucol)
Sobre el tema de control de plagas, señaló que no se utilizan químicos, por el contrario, siembran plantas que sirven de fertilizantes como la cola de caballo, manzanilla y albahaca.
Además, dijo que como valor agregado en los cultivos hidropónicos se aprovecha el 100% de agua con el sistema de riego y el 100% de las sales minerales que necesita la planta para que cualquier alimento pase del patio, techo o jardín, a la mesa de las familias para su consumo.