Cada día la tecnología forma parte importante de la vida de las personas, facilitándoles muchas de sus labores y esto también es válido para el caso del sector agropecuario.
Prueba de ello son los robots de alimentación, máquinas que de forma autónoma dan de comer a vacas y terneros. Se trata de unas modernas amamantadoras que les permiten saciar su apetito en el momento en el que el animal lo considere oportuno.
“Aunque ya llevan años en el mercado versiones más antiguas de estos robots, el creciente tamaño de las granjas, la escasez de mano de obra y, sobre todo, la creciente atención que prestan a la cría está provocando que cada vez se instalen más amamantadores”, señala Francisco Antelo, responsable de Agricor, distribuidora de GEA Farm Tecnologies, uno de los fabricantes de estos robots, en una nota del portal lavozdegalicia.es
Para este especialista, la principal ventaja de estos robots pasa por la reducción considerable de la carga de trabajo para el ganadero, al tiempo que favorecen el crecimiento saludable de los terneros. “Además, son totalmente adaptables al tamaño de cada explotación, al tipo de ración que se quiera aplicar y su funcionamiento es sumamente sencillo y rápido”.
Entre las ventajas que ofrece esta tecnología es que el propietario o el administrador de la finca puede consultar desde su teléfono móvil todas las estadísticas de acceso de los animales al robot y cambiar sus principales parámetros de funcionamiento. (Lea en CONtexto ganadero: El mundo de los softwares, robots y nuevas tecnologías inundan la ganadería. Conózcalas)
Además, “los animales entran cuando quieren mamar. El robot la identifica a través del sensor del collar y sabe la cantidad de leche que tiene que dar y las tomas en las que hay que repartirla”. A ello también se suma la homogeneidad en la temperatura de la leche, pues la ración va elaborándose progresivamente para que el líquido no enfríe a aquellas reses que maman más lento.
Para el veterinario José Andrés Caamaño, citado por el portal, esto facilita el crecimiento de los terneros y la reducción de enfermedades. También destaca que el hecho de que todas las terneras están juntas en un mismo espacio donde se ubica la amamantadora favorece la interacción de los individuos del grupo.
El único problema que parece tener este particular robot de alimentación es su precio ya que el modelo más normal, con capacidad para amamantar a dos animales de forma simultánea, cuesta alrededor de 20.000 euros. Una cantidad a la que hay que añadir el coste de adaptación de las instalaciones de la granja para crear un espacio abierto, al lado de la amamantadora, en el que los terneros puedan estar sueltos.