De acuerdo con el artículo del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW por sus siglas en inglés), los conservacionistas descubrieron que las bomas tradicionales, empalizadas hechas en África central y oriental para proteger, no serían una forma confiable de mantener al ganado a salvo de leones, guepardos y hienas. En cambio, una lámina de plástico opaco sostenida por postes puede hacer el trabajo.

En las comunidades cercanas al Parque Nacional Hwange, el área protegida más grande de Zimbabwe, IFAW, en asociación con ZimParks y la Unidad de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre (WildCRU), está promoviendo el uso de bomas móviles, una iniciativa de conservación simple pero innovadora que utiliza gruesos láminas de plástico para ayudar a frenar conflictos entre humanos y leones.

Las bomas móviles a prueba de depredadores están diseñadas para montarse o desmontarse fácilmente y trasladarse de un campo a otro. (Lea en CONtexto ganadero: Pintar ojos en la parte trasera de las vacas puede salvarlas de los depredadores)

«Después de más de 20 años estudiando a los leones en el sur de África, hemos descubierto que los leones son cazadores visuales. Cuando cazan, deben visualizar y seleccionar a sus presas antes de lanzar un ataque. Entonces, una vez que les pones una barrera, no saben qué hacer», explicó Liomba-Junior Mathe, director de Guardianes de Leones del Programa de Depredadores Trans-Kalahari de WildCru.

En Kenia, donde la comunidad masai ha dependido durante mucho tiempo del ganado como principal fuente de sustento, las bomas móviles han demostrado ser eficaces para prevenir las incursiones de carnívoros y mejorar la situación económica de las comunidades.

«El concepto detrás de las bomas es que los depredadores no tienen acceso visual al ganado cuando están encerrados en su interior; por lo tanto, no pueden provocar una estampida de ganado fuera de las bomas», describió Liomba.

En la aldea de Hangano, una pequeña comunidad rural que comparte la frágil frontera con el Parque Nacional Hwange, se han desplegado cinco bomas móviles y los resultados han sido alentadores. (Lea en CONtexto ganadero: Métodos no letales y letales para controlar depredadores (2da parte))

«Ahora podemos dormir tranquilos sabiendo que nuestro ganado está a salvo. Los beneficios son inmensos y ya estamos siendo testigos de una reducción drástica de la depredación del ganado», afirmó Albert Moyo, jefe de la aldea de Hangano.