China continuará conversando con Estados Unidos para evitar una guerra comercial, aseguró el ministro chino de Comercio, Zhong Shan. "Puedo decirles que continuaremos con nuestras conversaciones sobre esos temas [...] pues nadie quiere una guerra comercial", declaró el ministro ante la prensa, después de que Estados Unidos hubiera decidido el jueves imponer aranceles a sus importaciones de acero y de aluminio. "No solo hablamos, sino que las dos partes acordaron seguir haciéndolo".
Zhong realizó estas declaraciones al margen de la sesión plenaria anual del Parlamento chino y matizó que "en ese tipo de negociaciones, una de las partes no puede dirigir sola el baile". "Una guerra comercial no tendría ganador, solo podría ser catastrófica para China, Estados Unidos y el resto del mundo", declaró el ministro. A Zhong le habían preguntado sobre qué tipo de productos estadounidenses se planteaba China imponer eventuales medidas de retorsión, pero el ministro no contestó. "Somos capaces de resistir a cualquier desafío y de defender firmemente los intereses del país y del pueblo", se limitó a declarar. Pese a las advertencias de los socios comerciales de Estados Unidos, el presidente estadounidense, Donald Trump, formalizó el jueves su decisión de imponer aranceles del 25 % a la importación del acero y del 10% a la del aluminio, que debían entrar en vigor 15 días después del anuncio. Con todo, Trump se mostró relativamente conciliador con China y volvió a mencionar las negociaciones que se están llevando a cabo para reducir el déficit comercial de Washington respecto a Pekín. En el conjunto de 2017, este déficit alcanzó el nivel récord de USD 275 mil 800 millones, según las aduanas chinas (USD 375 mil 200 millones según Washington). China es el primer productor mundial de acero y aluminio pero su producción solo representa una parte (2,7 % para el acero y 9,7 % para el aluminio) de las importaciones estadounidenses, muy por detrás de las de Canadá, Brasil o la Unión Europea. Sin embargo, se suele acusar al gigante asiático de ser el causante de las sobrecapacidades del sector, a causa de sus subvenciones masivas.