China abrió oficialmente sus puertas esta semana a la entrada de carne vacuna procedente de Estados Unidos tras 14 años de embargo, ofreciendo a los criadores norteamericanos el codiciado acceso al inmenso mercado del gigante asiático. Los cargamentos de carne procedentes de Estados Unidos fueron autorizados a entrar en el territorio chino a partir del martes, indicó en un comunicado la administración para el control de la calidad, la inspección y la cuarentena. El levantamiento del embargo fue anunciado en mayo y presentado como uno de los primeros frutos del acercamiento entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, tras una reunión en abril en Estados Unidos. El acuerdo ofrece además a Estados Unidos un mejor acceso al gas natural y éste proporcionará servicios financieros a China. A cambio, Washington prometió eliminar las barreras a las exportaciones hacia Estados Unidos de carne de ave china procesada. Pekín prohibía desde 2003 las importaciones de carne vacuna norteamericana, tras el descubrimiento de un primer caso de la enfermedad de las 'vacas locas' en EEUU. Para asegurarse de la calidad de la carne importada, China exigió tres condiciones: los animales deben tener menos de 30 meses de edad y su trazabilidad debe remontarse hasta el establecimiento en el que nacieron. Además, los vacunos tienen que haber nacido y sido criados en Estados Unidos, o haber nacido en México o Canadá y ser faenados en Estados Unidos. El consumo de carne vacuna está en pleno auge entre la clase media china y la importada de Australia o Sudamérica ya causa furor. La carne de cerdo sigue, sin embargo, representando el 60% del total de la carne consumida en el país asiático.