Un informe elaborado por investigadores australianos encontró que los consumidores de Estados Unidos tienen cada vez más inclinación hacia productos saludables, una mayor conciencia de los impactos ambientales de los alimentos y una creciente demanda de productos frescos.

Es una de las conclusiones del equipo Australian Intercollegiate Meat Judging (ICMJ), que desde 1991 envía un equipo para recorrer y competir en EE. UU. entre aspirantes que desean iniciar sus carreras en las industrias ganaderas australianas.

Uno de sus miembros, Kieran Smith, realizó esta gira en enero y aprovechó la oportunidad para investigar la cadena de suministro del gigante norteamericano y su respuesta frente a las expectativas de los consumidores tras la aparición de “carnes falsas”.

En su análisis, encontró que los productores y procesadores de carne de res tienen la oportunidad de llenar un nicho en las cambiantes demandas de los consumidores en EE. UU., que buscan fuentes de proteínas más saludables y respetuosas con el medio ambiente. 

Así pues, los exportadores pueden diferenciar su carne promoviendo sus ventajas naturales, como el hecho de que se obtiene en gran medida de pasto sistemas de producción alimentados. (Blog: Carne de feedlot y carne de pastura: la ciencia estudia cuál es más saludable)

“Las hamburguesas alternativas se comercializan como más saludables, mejores para el medio ambiente y producidas con una huella ambiental menor que las empresas agrícolas convencionales de carne roja, lo que puede afectar las ventas de carne bovina”, dijo Smith.

A pesar de que EE. UU. es el mayor productor de carne de res del mundo, con 12,4 millones de toneladas en 2019 de un hato de 98,4 millones de cabezas, también es uno de los mayores importadores de carne de res obtenida principalmente de Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

“Aproximadamente dos tercios de la carne de res importada a EE. UU. desde Australia es usada principalmente para productos de carne molida como hamburguesas, con el fin de diluir el exceso de grasa producida por el ganado alimentado en estabulación”, agregó.

De hecho, tener una hamburguesa más magra probablemente no afectará la experiencia de comer en general, ya que el consumidor sabe que ha tomado una decisión de compra más saludable. (Blog: Carne de res de pastoreo: El producto más vegano del supermercado)

En efecto, desde hace varios años, la demanda de carne orgánica y alimentada a pasto en la primera economía del mundo ha venido creciendo. De hecho, la gran mayoría de este tipo de proteína es importada, aun cuando lleve el sello “Product of USA”.

Así lo reveló Bloomberg el año pasado, explicando que entre el 75 y el 80 % de la carne de res alimentada con pasto que se vende en EE. UU. viene del exterior, de Oceanía y Sudamérica. (Lea: Hay avances satisfactorios para lograr admisibilidad en EE. UU. y otros países)

Por este motivo, los especialistas consideran que esta oportunidad debe ser aprovechada por los exportadores colombianos para llegar al mercado norteamericano, dado que nuestra ganadería produce carne principalmente a base de pasto.

José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, expresó que en temas comerciales de carne, “llegar al cielo es llegar a Estados Unidos” porque es un mercado que facilitará el ingreso a nuevos clientes.