"Brasil tiene centenares de áreas que son patrimonio del Estado, que no tienen nada instalado y con un gran potencial turístico", dijo Marx Beltrao, ministro de Turismo, en la entrevista con AFP, al referirse a un Plan de turismo que proyecta sacar adelante. El Foro Económico Mundial ubica a Brasil como el segundo destino más competitivo de América Latina, detrás de México, y en el puesto 27 a nivel mundial, cinco lugares por detrás de ese "rival" en un negocio que aporta el 10% del PIB global. En 2016, Brasil se anotó un modesto récord de 6,8 millones de visitantes extranjeros, impulsado por los Juegos Olímpicos de Rio. Ese mismo año, México tuvo 35 millones, según datos de su Secretaría de Turismo. El ministro proyecta pasar en el próximo lustro de los actuales 60 millones de turistas domésticos por año a 100 millones, duplicar las visitas de extranjeros y crear cuatro millones de empleos. Sus planes están en sintonía con los del presidente conservador Michel Temer, que abrió a los privados actividades como la explotación petrolera o el sector eléctrico. Para desarrollar su potencial el Ministro Beltrao ha propuesto un ambicioso plan, en el que señala que Brasil debe reducir la presencia estatal en la economía y acelerar las negociaciones para el desembarco de grandes aerolíneas y cadenas hoteleras. "Nuestro objetivo es identificar y transformar en áreas de interés turístico y darlas en concesión a la iniciativa privada: planificar dónde estarán los bares, los restaurantes, los centros de compras, hoteles, resorts, todo lo que se pueda construir allí, y el gobierno va a poder recaudar en lugares que prácticamente eran solo paisaje", añadió. Barcos, aviones y México El plan de concesiones comenzará en la zona de la triple frontera que forman Brasil, Argentina y Paraguay, que lindera a las Cataratas de Iguazú, uno de los destinos más visitados del país. La agenda incluye, en un camino que luce largo y muy competitivo, desarrollar el mercado de transatlánticos, regular los vuelos charter, conceder más aeropuertos a privados y abrir el mercado aéreo a empresas que tengan 100% de su capital en manos extranjeras. "Queremos traer uno de los programas que hizo México [el que desarrolló la región del balneario Cancún] y transformar áreas para atraer al turismo y la inversión, con una legislación ambiental favorable a los empresarios y con una legislación fiscal favorable a los empresarios", señaló. Una piedra en el zapato Los planes de Beltrao deberán esperar, al menos, a que la Cámara de Diputados termine de procesar una denuncia. La Fiscalía General lo denuncia por supuestamente integrar una organización delictiva para desviar fondos públicos. Es la última bomba de una crisis política que ya lleva tres años alimentada por investigaciones sin precedentes sobre la corrupción en el Estado.