De acuerdo con un reciente reporte, la caída de la demanda interna de carne en el país brasileño y el restablecimiento de las importaciones del gigante asiático ha impulsado un gran aumento en los envíos de la proteína en enero. La suspensión de las importaciones en 2021 también habría contribuido a este incremento.

Luego de mantener la restricción a los embarques de carne vacuna procedente de Brasil durante más de 3 meses por el reporte de dos casos de “vaca loca”, a finales del año pasado China autorizó la importación de su mayor proveedor de la proteína.

La suspensión inicial se sumó a los factores como la creciente demanda de carne entre los compradores chinos y la caída del consumo local en Brasil, haciendo que se incremente la comercialización entre ambos países de forma considerable.

Según reportó The Rio Times, en enero el gigante asiático elevó en 31 % las importaciones de carne brasileña con respecto a enero de 2021, completando más de 140 000 toneladas en ese mes. (Lea: China reanuda las importaciones de carne de res deshuesada de Brasil)

“El embargo de carne de Brasil probablemente provocó una caída en las existencias chinas, y con la llegada del año nuevo lunar, necesitaban volver a comprar existencias. En este momento, China vuelve a tener un nivel significativo en las importaciones”, destacó João Pedro Thieme, analista de Ag Resource Brasil, según reseñó Eurocarne.

Por otra parte, con base en datos del gobierno brasileño, el portal Agricensus reveló que solo en la primera semana de febrero se exportaron casi 40 000 toneladas, lo que equivale a alrededor del 40 % de la cifra total exportada en todo febrero de 2021.

La cifra promedio por los primeros cuatro días del mes fue de 9910 t, un aumento de casi 75 % con respecto a la media diaria de febrero de 2021. (Lea: La prohibición de las exportaciones de Brasil sería breve por las limitadas opciones de China para comprar carne)

Sin lugar a dudas, esto representa una recuperación significativa después de que China suspendiera el comercio de carne de res a raíz de un brote aislado de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), más conocida como la enfermedad de las “vacas locas”.

“Después de los brotes de peste porcina (China) se convirtió en un gran comprador de Brasil, y nos volvimos muy dependientes de ellos porque el mercado interno aquí está muy mal debido a la pandemia”, aseguró una fuente comercial al autor del artículo, Tim Worledge.

Según el texto, la suspensión de tres meses que llevó a China a prohibir las exportaciones de carne de res de Brasil, y que terminó en diciembre, provocó una rápida recuperación de la demanda de la superpotencia asiática, por lo cual se presentaron estos aumentos.

El aumento podría tener un impacto en la demanda interna de piensos y ejercer más presión sobre el suministro de maíz, que está bajo escrutinio ya que las regiones productivas de Brasil sufren condiciones secas que han reducido constantemente las perspectivas de producción.

Las perspectivas de producción de soya y maíz de Brasil ya han llevado a una serie de pronosticadores nacionales e internacionales a reducir sus estimaciones para el país. (Lea: ¿Qué país podrá suplir la demanda de carne de China ante la caída de Brasil y Argentina?)

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) había anticipado una producción de maíz de 115 millones de t y de soya de 139 millones de toneladas, lo cual es un 2,5 y 3,5 % menos, respectivamente, que las estimaciones iniciales de la agencia.

De hecho, la mayoría de los analistas esperan más reducciones, lo podría restringir la oferta interna y respaldar los precios de los piensos. “En unos meses empezaremos a depender de la estabulación porque van a parar las lluvias y no va a ser posible mantener a los animales en los pastos… los costos van a ser altos”, declaró la misma fuente a Agricensus.