Uruguay reportó la caída de la faena en un 8 % en lo que va 2014 debido a la disminución de la demanda de animales lo que ha generado preocupación en el sector productivo por la permanencia de un alto número de reses en las fincas.
Gerardo García Pintos, vicepresidente de la Asociación Rural del Uruguay, ARU, dijo al medio El Observador Agropecuario, que esta situación deprime los precios del ganado gordo y “afecta a toda la escalera productiva, incluyendo hasta el ternero. Y si no hay un cambio de tendencia, se va a desacelerar la intensificación ganadera”.
Óscar Cubillos Pedraza, coordinador de la oficina de Planeación de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, afirmó que tener un hato grande de bovinos es rentable si el negocio es venderlos en pie o mediante su producción de leche y carne.
Pero tener un hato numeroso sin que haya demanda de la producción puede ser devastador para la actividad ganadera. (Lea: Hato ganadero colombiano disminuyó 1,7% enlos 2 últimos años)
Esto tampoco implica que se deba tener una baja cifra de reses. A lo que se debe apuntar el sector, explicó Cubillos Pedraza, es a tener el número suficiente de bovinos para tener cantidad de carne y leche para los mercados local y del exterior que la soliciten.
La demanda del mercado es el indicador principal que guía al productor a saber si necesita aumentar su hato, mantenerlo o liquidarlo, es decir, enviarlo a faena.
En los últimos años Colombia ha tenido un hato entre los 22 y 24 millones de bovinos. La variable radica en los ciclos ganaderos de retención y liquidación de animales.
“Los animales se sacrifican a fin de no tener más en los predios; esto pasa si los precios no son buenos. Pero cuando hay buen estímulo por valor se retienen para producir a futuro y hacer rentable el negocio vendiendo animales, carne o leche”, anotó el coordinador de la oficina de Planeación de Fedegán.
Señaló que Uruguay, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Nueva Zelanda son de los países que más analizan su mercado y la demanda externa para mantener consolidado el negocio, de lo cual necesita aprender Colombia, más ahora que se ha abierto al comercio internacional con la firma de TLC. (Lea: Colombia sacrifica más de 4 millones de cabezas de res al año)
“Nosotros en Colombia hemos venido entendiendo la dinámica del mercado, pero no hemos materializado todo para saber si se necesita más carne o leche y si más barata. No hemos analizado lo que los mercados nos indican y es necesario hacerlo para garantizar la estabilidad de la actividad”, aseguró el economista de Fedegán.