Con ocasión del Mundial de Fútbol Rusia 2018, CONtexto ganadero hace un recuento del sector pecuario de los rivales de Colombia en el grupo H. La selección tricolor debutó este martes 19 de junio contra los nipones y aquí le mostramos algunos datos que podrían interesarle. Sin lugar a dudas, Colombia es un país superior a Japón en términos de producción ganadera, pues el país de Asia Oriental se ha destacado principalmente por la pesca y el abundante consumo de pescado. (Lea: Colombia quiere ser uno de los principales proveedores de carne a Japón) En primer lugar, su inventario es mucho menor: mientras que nuestro país registró más de 25 millones de bovinos en 2017, en la misma fecha Japón reportó 3 millones 822 mil cabezas, según registro de la FAO y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA. De esta manera, la producción interna tampoco se destaca en comparación con Colombia, pues el año pasado sacrificaron 1 millón 045 mil cabezas que produjeron 465 mil toneladas de carne contra las 3 millones 286 mil que resultaron en más de 730 mil toneladas (aunque, según estas cifras, su rendimiento es 50 % más alto que el de nosotros). En cambio, debe importar para suplir la demanda interna de 1 millón 265 mil toneladas. En 2017, compró 780 mil de Estados Unidos y Australia, y se espera que este año sean del orden de 815 mil toneladas. (Lea: Wagyu, una raza que sigue ganando adeptos en Colombia) Debido al incremento en el consumo de carne, especialmente entre los años 60 y 70, Japón se ha convertido en el segundo importador de carne en el mundo, por detrás de China, que se calcula comprará cerca de 1 millón 200 mil toneladas. Tradición y ganado Wagyu Japón no era un consumidor de carne bovina hasta que en 1868, la restauración Meiji levantó la prohibición establecida por líderes budistas que prohibieron la alimentación con carne proveniente de animales con 4 patas. Es por eso que durante 2.000 años, la raza nativa Wagyu (que traduce literalmente “vaca japonesa”) estuvo destinada solamente a labores de campo, como trabajos de drenaje, carga, arado, minería y transporte. En cambio, el gobierno Meiji tomó la decisión de mejorar la producción de leche y carne introduciendo razas europeas como Shorthorn y Devon, que fueron cruzadas con razas nativas. (Reportaje: De Japón a Colombia: El recorrido del Wagyu para llegar a nuestra tierra) En 1910, se percataron que a diferencia de la producción de leche, la calidad de la carne había desmejorado, por lo que optaron por prohibir los cruces y conservar pura la raza. Hacia 1919, se estableció la política de “Ganado japonés mejorado”, para seleccionar y registrar los ejemplares, así como se prohibieron las exportaciones de estos bovinos. Hay 4 razas de vacuno japonesas consideradas wagyu: la negra, la Shorthorn o de cuernos cortos, la marrón (o roja) y la moteada. De toda la carne que se consume en Japón, solo el 44% procede de estas. La carne de esta raza es una de las más apetecidas en el mundo, considerada por su alto grado de marmoleo, esto es, grasa intramuscular. Así pues, los cortes más caros en los restaurantes más exclusivos de Estados Unidos, Italia y Francia provienen del Wagyu, especialmente de una variedad que se llama Kobe, y que alcanzan a costar hasta 1.000 dólares.