Los legisladores estadounidenses buscarán una mayor supervisión a la industria cárnica en la primera potencia del mundo, debido a las preocupaciones por el creciente dominio de cuatro grandes empresas tras la pandemia y el ciberataque del que fue víctima una de ellas hace poco.

Como reportó Reuters, los ganaderos están abriendo nuevos mataderos después de que el cierre de las plantas en la cuarentena resaltara la dependencia de la industria de las grandes instalaciones administradas por solamente cuatro procesadores principales.

Según el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), en 2018 el 85 % del sacrificio en este país para obtener filetes, piezas para asar y los demás cortes de carne de res para los consumidores estuvo en manos de estas cuatro compañías.

Cuando se tienen en cuenta otras reses para hacer carne de hamburguesa, las empresas comprenden alrededor del 70 % de la producción total de carne de res de EE. UU. (Lea: El precio del ganado en EE. UU. no ha subido al mismo ritmo de la carne)

Se trata de Cargill, en Minnesota; Tyson Foods Inc, la mayor empresa cárnica de EE. UU. por ventas; la brasileña JBS S. A., la mayor empacadora de carne del mundo; y National Beef Packing Co., controlada por el productor brasileño de carne Marfrig Global Foods S. A.

El USDA informó que la cantidad de ganado sacrificado por estas empresas pasó de 25 % en 1977 al 71 % en 1992. Otro reporte agregó que un cambio hacia plantas de procesamiento más grandes condujo a un aumento drástico de la concentración en el beneficio.

Las empacadoras de carne lograron reducir el costo de procesamiento por animal ejecutando operaciones más grandes en lugar de hacerlo en instalaciones más pequeñas. (Lea: Proyectan mayor producción de carne de res y mejor precio del ganado en EE. UU.)

En 1977, el 84 % de los novillos y novillas de EE. UU. fueron sacrificados en plantas cuya operación era menor al medio millón de cabezas de ganado al año. Para 1997, las plantas de esa categoría vieron caer su participación al 20 %, de acuerdo al reporte del USDA.

Como explicó la agencia de noticias, tres eventos separados que ocurrieron en 2019, 2020 y 2021 afianzaron la dependencia de este país a las grandes plantas de carne administradas por los cuatro procesadores más importantes del gigante norteamericano.

Primero, una planta grande de Tyson Foods en Holcomb (Kansas) cerró durante cuatro meses luego de un incendio el 9 de agosto de 2019, lo que que redujo la producción de carne y eliminó un mercado donde los agricultores podían vender su ganado.

La segunda interrupción ocurrió cuando la covid-19 se propagó el año pasado, pues en algunos mataderos se presentaron brotes que provocaron varios cierres. (Lea: Cada vez más estadounidenses prefieren carne de ganado alimentado con pasto)

En tercer lugar, el 30 de mayo de este año, JBS detectó un ataque de ransomware en sus sistemas que cerró temporalmente todas sus plantas de carne de EE. UU. Por este ciberataque a su sistema, la compañía tuvo que desembolsar USD 11 millones de dólares.

El artículo evidenció la frustración de los ganaderos porque los precios de sus animales caen cuando cierran las plantas, pero las empresas se siguen beneficiando por los precios de la carne, como ocurrió tras el incendio de la planta de Tyson y el inicio de la pandemia.

La diferencia entre el costo de los novillos y el valor del producto final se acrecentó en ambas fechas, lo que refleja que hay muy poca competencia entre procesadores para comprar ganado, y los cierres les quitan un mercado donde vender sus animales.

Por este motivo, los legisladores han propuesto crear una oficina para un investigador especial dentro del USDA que estudie estas presuntas prácticas anticompetitivas en las industrias de carne y pollo. (Lea: Analistas consideran que subirá el precio del ganado en el mundo)

El USDA ha dicho que planea fortalecer la aplicación de una ley federal de hace 100 años destinada a proteger a los agricultores y ganaderos de las prácticas comerciales desleales, así como se comprometió a apoyar una mayor capacidad de procesamiento como parte de una iniciativa de 4 mil millones de dólares para fortalecer el sistema alimentario del país.

Un grupo de gobernadores está presionando al Departamento de Justicia para que investigue prácticas anticompetitivas en la industria del empaque de carne. Sin embargo, el Instituto de la Carne de América del Norte, que representa a los empacadores de carne, dijo que los procesadores y ganaderos “se benefician de un mercado justo y competitivo”.