De acuerdo con Clarín, en agosto, los frigoríficos argentinos exportaron 86 mil toneladas de carne vacuna (equivalente res con hueso), el volumen más alto de los últimos cuatro años. Desde enero se han embarcado 611 mil toneladas (res con hueso), un 6% más que en 2023, debido al fuerte aumento en la demanda mundial por carne vacuna.
Todas las exportaciones argentinas de carne vacuna serían del orden de las 920 mil toneladas, contra 850 mil toneladas de 2023 (+8,2%) y 804 mil toneladas de 2022. El volumen exportado equivale al 31% de la producción nacional de carne vacuna, añadió la publicación.
El precio medio FOB por tonelada se presenta estable en los últimos meses, alrededor de USD 3.000, una 36 % menos frente a los USD 4.683 de marzo de 2022, cuando se registró el mejor precio. (Lea en CONtexto ganadero: Argentina alcanza el mejor registro en exportaciones de carne bovina de los últimos 57 años)
Por su parte, Perfil observó que el porcentaje de participación de la carne vacuna en las ventas al mercado externo tocó el promedio histórico superando otras mediciones para los primeros ocho meses: un 26 % registrado en 2023; un 27% en el año 2020; un 24,1% medido en 2005. En 1996 se exportó apenas un 18,1%.
El auge de las exportaciones de carne argentina ha sido impulsado en gran parte por el mercado chino, que absorbe el 80 % de la producción exportada. Esta tendencia se explica por el incremento de la clase media en China, que busca productos de mayor calidad, como la carne vacuna argentina, famosa por su sabor y características distintivas. Sin embargo, otros mercados también juegan un papel relevante, como Israel y la Unión Europea, los cuales continúan demandando carne argentina.
Proyección para el 2024: exportaciones y producción
Se proyecta que en 2024, alrededor del 30 % de la producción total de carne bovina de Argentina se destinará a la exportación, lo que representa una proporción significativa y destaca la importancia del mercado externo para los productores. Esta previsión responde tanto al incremento de la demanda internacional como a la capacidad de producción del país, que sigue siendo una potencia ganadera global.
Los productores argentinos, a pesar de enfrentar obstáculos como las políticas de control de precios y exportaciones internas, han logrado aprovechar las oportunidades en mercados estratégicos. El crecimiento en el volumen de exportaciones no solo beneficia a los productores individuales, sino que también juega un rol clave en la economía argentina, generando divisas y empleo en las zonas rurales.
Impacto de las políticas internas
Además, el gobierno argentino ha tomado medidas importantes para apoyar al sector exportador. Una de las más destacadas fue la reciente reducción del impuesto a las exportaciones de carne bovina. En septiembre de 2024, el gobierno anunció una disminución de este impuesto del 9 % al 6,75 %, lo que ha sido visto como un alivio para los productores y una oportunidad para aumentar la competitividad en los mercados internacionales, como reveló La República.
Esta reducción del impuesto a las exportaciones es una medida que busca fomentar aún más el comercio exterior y mejorar la competitividad de la carne argentina en el mercado global. Según los expertos, esta rebaja impositiva tendrá un impacto positivo en la rentabilidad de los exportadores, que ahora podrán competir en mejores condiciones frente a otros grandes productores como Brasil y Estados Unidos.
Además, esta política es vista como una forma de aliviar las presiones sobre los productores, quienes han enfrentado múltiples desafíos económicos, incluyendo la inflación y el aumento de los costos de producción. La medida también refuerza la apuesta del gobierno por promover un sector que ha demostrado ser uno de los más dinámicos de la economía nacional.
Caída en el consumo local
A pesar del éxito alcanzado, la industria cárnica argentina enfrenta desafíos importantes. Las fluctuaciones en los precios internacionales, las restricciones en algunos mercados y la competencia con otros grandes exportadores obligan a los productores argentinos a seguir innovando y mejorando su eficiencia.
Además, estas cifras contrastan con el consumo interno, como señaló la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). (Lea en CONtexto ganadero: Argentina: ajuste en las exportaciones revela que exportó casi 111 mil toneladas de carne menos en 2023)
“En enero-agosto de 2024 la industria frigorífica produjo 2,056 millones de t r/c/h (res con hueso) de carne vacuna. En comparación con igual período de 2023 la producción se retrajo 7,8 %, reduciéndose la cantidad ofrecida de carne vacuna en 173,2 mil t r/c/h”, precisó el informe.
Según la Ciccra, a pesar de este incremento en las exportaciones, el consumo aparente de carne bovina en el país ha disminuido considerablemente, alcanzando 1,466 millones de toneladas. Esta cifra es un 11,2 % inferior al total registrado en el mismo período de 2023, lo que se traduce en una reducción de 184,1 mil toneladas. Esta tendencia indica que el consumo interno de carne bovina en Argentina se encuentra en su nivel más bajo desde 1998.
De otro lado, la faena se situó en agosto en 1,19 millones de cabezas de ganado, lo que representa una disminución del 5,4 % en comparación con julio. Este retroceso se traduce en 48,5 mil cabezas menos. Asimismo, en comparación con agosto de 2023, la faena también mostró una contracción del 3,9 %, evidenciando una tendencia a la baja en la actividad cárnica del país.
En cuanto a la producción de carne, agosto de 2024 reportó una generación de 276 mil toneladas res con hueso, lo que representa una caída del 4,7 % en comparación con el mes anterior, y un descenso interanual del 1,6%. Este descenso se atribuye, nuevamente, a la reducción en el número de cabezas faenadas, aunque el peso promedio en gancho aumentó ligeramente a 231 kilos, marcando un incremento del 0,7 % mensual.