Las iniciativas de ganadería sostenible en América Latina están causando eco en el mundo y están demostrando incrementos en la producción de carne, y a la vez, reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero. La FAO hace un resumen del panorama de la región.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay, han implementado más de 30 proyectos de ganadería sostenible, demostrando prácticas amigables con el medio ambiente, como el cuidado de las pasturas y el manejo de residuos y de desechos, con el fin de aumentar la rentabilidad y la producción, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo.
Aunque el sector ganadero de América Latina y el Caribe aporta solo entre el 2 y 3 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero emitidas por la región, su manejo sostenible es clave para enfrentar el impacto del cambio climático, disminuir la deforestación, cuidar los recursos naturales y ampliar las oportunidades de miles de pequeños productores.
“Para la FAO, el objetivo final es lograr emisiones cero a nivel neto; es decir, que la producción ganadera no emita más gases de efecto invernadero que lo que logran capturar los árboles y pastizales utilizados para dicha producción”, explicó Andrés González, Oficial de Sanidad Animal y Biodiversidad de la FAO.
Ganadería sostenible en Latinoamérica
En Uruguay, más de 60 familias incorporan tecnología e innovación para implementar buenas prácticas de pastoreo, gracias a las cuales han aumentado el secuestro de carbono y mejorado la salud del suelo y la calidad del agua. Pese a la sequía que ha vivido ese país en los dos últimos años, algunas de las familias involucradas en el proyecto apoyado por la FAO aumentaron en un 50 por ciento sus ingresos netos y el país cuenta con datos para desarrollar una estrategia nacional de ganadería climáticamente inteligente.
En Argentina, desarrollan un proyecto de ganadería baja en emisiones que permitió que ganaderos de Corrientes, una ciudad de Argentina, aumentar en 74% su producción de carne, reduciendo en 21% la intensidad de sus emisiones.
En Ecuador, el proyecto Ganadería Climáticamente Inteligente trabajó con más de mil ganaderos de 7 provincias del país, logrando un incremento en la producción de leche y carne, con un aumento del 16% en los ingresos y una disminución de 75 mil toneladas (26%) de emisiones de gases de efecto invernadero, a través de la mejora de 40 mil hectáreas de suelo que fueron intervenidas.
Costa Rica también ha logrado grandes resultados gracias a la ganadería sostenible: desde que el país adoptó la Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA) Ganadería –que inició un piloto el 2014 y tuvo el primer escalamiento el 2018–, el número total de ganado creció 25 por ciento, pero sin aumentar el área de pastoreo, probando que es posible realizar una intensificación sostenible de la actividad. Hoy, se estima que la iniciativa ya ha alcanzado a 1800 fincas.
En Colombia, el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible trabaja por mejorar la producción del negocio ganadero a través del trabajo amigable con el medio ambiente, el uso de diferentes tipos de árboles integrados a la producción ganadera (sistemas silvopastoriles), y la conservación de bosques nativos en las fincas, el cual beneficia alrededor de 3.900 familias ganaderas distribuidas en 87 municipios de cinco zonas del país.
“La evidencia proveniente de múltiples países de la región nos está demostrando que la gestión ganadera sostenible, resiliente, inclusiva y baja en emisiones es perfectamente factible” dijo Andrés González.