La ganadería de leche representa una de las principales actividades económicas para las familias del trópico alto colombiano, quienes enfrentan múltiples desafíos en cuanto a disponibilidad de alimento de calidad durante todo el año, dificultad en la crianza y levante de terneras.
Agrosavia brinda diferentes recomendaciones, prácticas, productos y servicios, con el fin de soportar un mejor quehacer de la actividad ganadera especializada en leche y contribuir a hacerla más productiva, competitiva y sostenible.
En primer lugar, señala que es necesario dedicar tiempo para tener claro a dónde se quiere ir y cómo llegar allá mientras se optimiza tiempo y dinero. Generalmente, los productores de la región planifican, en conjunto con sus familias, la mayoría de las actividades de manejo de la finca. Por ejemplo, la rotación de potreros y el manejo de arvenses requieren de una planificación constante. Sin embargo, muchos productores no tienen claro hacia dónde pretenden llegar con su finca a corto, mediano y largo plazo, o no saben cómo hacerlo. En este contexto, desarrollar un plan de finca puede ser una herramienta de gran ayuda para orientar a la familia.
El plan de finca
Consiste en describir todas las actividades que los ganaderos deben llevar a cabo durante un año con base en lo realizado previamente, con el objetivo de hacer más productiva y sostenible su finca. Para lograrlo es necesario detallar de forma sencilla el uso y la administración que se dará a los recursos de la finca, con el fin de orientar e invertir eficientemente los recursos, los materiales y el tiempo de las familias. (Lea en CONtexto ganadero: Qué es y quiénes elaboran un plan de finca)
Para hacerlo se puede utilizar un tablero o un pliego de cartulina o de papel periódico en blanco y marcadores y, lo más importante, el conocimiento familiar que se tiene de la finca. Se divide la cartelera en seis partes con el marcador.
En la primera parte registra la información general de la finca, es decir, el nombre de la finca, el propietario y las metas que se esperan cumplir este año.
En la segunda parte, por mes, el número de cabezas de ganado bovino que constituye el hato según sus características: vacas en ordeño, vacas secas, novillas preñadas, hembras de levante, terneras lactantes y el toro.
En la tercera, también por mes, los partos que se hayan presentado, los secados que se dieron y los servicios que hayan tenido las vacas y novillas. En la cuarta, el número de hectáreas con pastos, la oferta de forraje verde (kg/ha/mes) y el consumo de los animales (kg/forraje verde/ha/mes). En caso de utilizar concentrados, se registran los kilogramos consumidos por mes (kg/mes).
En la quinta parte se consigna el número de días lluviosos y el volumen de agua acumulado, el área total de los cultivos sembrados, el costo total de las actividades implicadas en la siembra, la cantidad de insumos agrícolas comprados para fertilizar, la cantidad de ensilaje utilizado, etc. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo se manejan los planes a futuro en la finca)
En la sexta parte el promedio mensual de litros de leche, la producción total de leche por mes, el pago que se tuvo de esa leche por mes, el pago si se vendió ganado, el total de pago o ingresos en el mes, los gastos realizados en la finca, las deudas relacionadas con la finca y las ganancias obtenidas por mes.
Renovación de praderas
Otro aspecto clave es la renovación de praderas, una serie de prácticas culturales que se deben realizar para incrementar los rendimientos y la calidad nutricional del forraje por unidad de área a través del año.
Con el fin de saber cuándo hay que renovar la pradera se debe tener en cuenta la presencia de alguna de estas situaciones: más del 20 % del área sin cobertura vegetal; más del 10 % del área con presencia de malezas o arvenses; alta presencia de zonas compactadas del suelo que no permiten la adecuada infiltración del agua después de un fuerte aguacero; lento rebrote de la pradera, lo que genera una menor capacidad de rotación.
Para renovar las praderas es preciso realizar el análisis químico del suelo para establecer un balance entre los nutrientes que este aporta y los que requiere el cultivo forrajero que se desee establecer o sembrar.
Así mismo, identificar las capas compactadas, con el fin de definir el tipo de implemento agrícola que se debe utilizar para la preparación del suelo. Para ello, observe dentro la pradera las zonas que se encharcan después de una fuerte lluvia o donde la vegetación crece poco.
En esos sitios, hay que realizar una cajuela de 60 x 60 cm a una profundidad acorde con la longitud de las raíces de las especies vegetales que se encuentran establecidas o se van a sembrar. En la cajuela, limpiar con un cuchillo la pared que se ve con más claridad para proceder a identificar los horizontes del suelo, e introducir la punta del cuchillo en cada uno de ellos para determinar si están compactados.
Además, se debe determinar las características físicas, la textura y la estructura del suelo, así como la topografía del terreno, con el fin de seleccionar adecuadamente los implementos agrícolas a utilizar. Para que la mecanización agrícola tenga éxito, es necesario remover completamente la vegetación como arvenses o forrajes sobre maduros. (Lea en CONtexto ganadero: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción)
Garantizar, a través de la aplicación de riego o drenaje, que el suelo tenga el contenido de humedad óptimo para que las praderas no vayan a sufrir condiciones de estrés por déficit o exceso de agua. Esto también facilitará las labores de mecanización agrícola. Seleccionar el tipo de forraje que se va a sembrar; y, verificar la cantidad de forraje verde y materia seca producida como respuesta a la fertilización y el tipo de labranza implementada, y posteriormente cuantificar la producción y calidad de leche.
Para conocer el contenido nutricional de los forrajes de clima frío y formular dietas para los bovinos, Agrosavia cuenta con dos plataformas que son AlimenTro y DieTro. La primera, tiene información precisa de la composición química y el valor nutricional de diversos forrajes en 26 departamentos de Colombia, bajo las condiciones agroclimáticas de cada zona y en diferentes estados fenológicos, lo que contribuye a tomar mejores decisiones para reducir costos de alimentación, manteniendo la calidad nutricional del forraje para los animales.
Por su parte, DieTro permite formular dietas para los animales bovinos del trópico, con el fin de lograr un correcto equilibrio de nutrientes en función de la disponibilidad de recursos alimenticios y su calidad nutricional, en aras de mejorar la competitividad y sostenibilidad de los sistemas de producción de leche o carne de la región Andina.