“Hoy, la violencia vuelve a ser la gran preocupación de la Colombia rural. Nada más ayer, en la Junta Directiva de FEDEGAN, los reportes de los representantes de las regiones ganaderas eran alarmantes”.
Con esta dura afirmación, José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN), se refirió al deterioro de la seguridad en el país y que afecta directamente a ganaderos y otros productores del campo.
Durante el acto de instalación del 40 Congreso Nacional de Ganaderos, el dirigente gremial agregó que en medio de esa vorágine de violencia el país se olvidó de la tragedia de la pobreza, “que algunos convierten en bandera para el populismo promesero y para alimentar el odio entre colombianos, en tanto que los bandidos que dicen defender a los pobres justifican con ella su violencia mientras los hacen más pobres, los hostigan, les roban sus hijos para la guerra y, con ellos, les roban la esperanza”.
Diálogos con el ELN
Recordó que la decisión de participar en los diálogos con el ELN hace dos años invitado por el presidente de la República, Gustavo Petro, no fue una decisión fácil. “En este caso no había traición ni engaño, pues la negociación con el ELN era una promesa de campaña y, al parecer, el Gobierno pensaba que sería un proceso expedito por la afinidad de esa guerrilla con un gobierno de izquierda, aunque ya está demostrado que el ELN no pensaba lo mismo”.
Expresó que fue claro que el presidente no invitó al ciudadano, sino al presidente ejecutivo de FEDEGÁN. “Por eso la decisión se sometió a la Asamblea de delegados y, con ese respaldo, acepté pensando en la ganadería y en el campo, a sabiendas de ser una voz disonante, como lo he sido, lo cual, lejos de generar rechazo, ha producido respeto por la posición y la voz de FEDEGÁN”.
El alto ejecutivo manifestó que en la Mesa de Diálogo con el ELN él es la voz de los ganaderos, “la voz de esa otra Colombia que votó en contra del plebiscito, y lo seguiré siendo si así lo disponen las decisiones de este Congreso”.
A renglón seguido expresó que el futuro luce incierto para los diálogos con el ELN por varias razones: porque la voluntad de paz no es un compromiso de papel, sino de realidades de paz; porque el país se quedó esperando la manifestación inequívoca de paz que la delegación gubernamental exigió tras el atentado en Arauca y, a cambio, solo ha recibido manifestaciones de violencia: secuestros, extorsiones, reclutamiento de menores, atentados dinamiteros, paros armados y el asesinato sistemático de miembros de la Fuerza Pública. En fin, porque la ceguera del ELN, esa sí crónica, no le permite ver que el tiempo de su juego a dos bandas se le acaba.
Acuerdo de tierras
Lafaurie Rivera afirmó que los ganaderos “rechazamos todo intento de arrebatarnos garantías jurídicas en los procesos agrarios. Rechazamos el señalamiento de hacendados feudales y esclavistas. Rechazamos la amenaza velada de la movilización campesina en contra de los propietarios legítimos de la tierra, porque los ganaderos también podemos movilizarnos… y lo haremos pacíficamente”.
Invitó al gobierno a redoblar esfuerzos para cumplir primero el Acuerdo con FEDEGAN, antes de lanzar señalamientos peligrosos que entrañan una amenaza para los ganaderos en los territorios.
Informó que los resultados del Acuerdo de compra directa de tierras no son alentadores. “Hasta el pasado 21 de noviembre los ganaderos habían presentado 1432 ofertas por un total de 601.911 hectáreas, de las cuales solo se habían comprado 48 predios que suman 14.260 hectáreas”.
Criticó que el presidente busca a toda costa flexibilizar las condiciones para la expropiación con indemnización y la extinción de dominio por incumplimiento de la función ecológica de la tierra. Y no desperdicia ocasión para acusar a los “hacendados feudales”, que así llama a los propietarios de la tierra, de bloquear esas iniciativas para seguir esclavizando a los campesinos, a los que incita a la movilización popular.
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¿Y el 2025?
El presidente ejecutivo de FEDEGÁN no ocultó su preocupación por el futuro inmediato de la ganadería. “Nos preocupa el 2025, porque ya se anuncian las movilizaciones campesinas alentadas desde el gobierno”.
“Nos preocupa, sobre todo, la evolución de la Paz Total frente a la poca o ninguna voluntad que percibimos en los grupos armados ilegales por alcanzarla, y nos preocupa porque un eventual fracaso de la Paz Total solo tiene una contracara: la violencia total. Y de la seguridad depende el porvenir de la ganadería”, agregó.
Sostuvo que el país y el Estado están en un estado de ceguera frente al futuro del campo, que es el escalón para dar el paso a la verdadera paz y a niveles superiores de desarrollo y bienestar para todos.
Y concluyó con esta reflexión: “hoy, como hace veinte años, nuestra convicción es inmodificable: la paz de Colombia pasa, necesariamente, por la recuperación económica y social del campo, como lo he señalado permanentemente en las conversaciones con el ELN. No hay otro camino”.