Fernando Murillo Orrego, general (r) de la Policía Nacional, y quien fuera director del Gaula y la DIJÍN, será el estratega de seguridad para los ganaderos colombianos con el fin de enfrentar la difícil situación de orden público que está viviendo el sector.
El alto oficial lideró la operación Agamenón, la cual dio como resultado la captura del temido narcotraficante Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo, uno de los grupos delincuenciales que tiene arrinconados a los productores pecuarios en diversas zonas del territorio nacional. También hizo parte del Bloque de Búsqueda que dio de baja al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Así lo reveló José Félix Lafaurie Rivera en su más reciente columna de opinión titulada “¡No repitamos la historia…, no nos dejen otra vez solos!” en donde hace un duro reclamo al Gobierno Nacional por la crisis de seguridad que se vive en el campo colombiano.
El dirigente gremial señaló a las mafias narcotraficantes disfrazadas de grupos revolucionarios con motivaciones políticas y a las bandas de hampones con agencias subsidiarias del microtráfico en las ciudades, de ser las responsables de la compleja situación que viven campesinos y ganaderos en país.
Cifras reveladoras y críticas
“El país urbano, sin embargo, no se da por enterado o no dimensiona la gravedad de la amenaza, ya sea porque se acostumbró a la violencia como algo que registran los medios y solo le pasa ‘a otros’, o por el efecto de distractores como las fiestas de temporada, los escándalos políticos y sus garroteras, y el correo de brujas que va y viene por las redes”, indicó.
Sin embargo, Lafaurie Rivera reiteró que esa amenaza es real y para demostrarlo citó las cifras del Ministerio de Defensa de diciembre pasado en donde se tiene que el secuestro había aumentado 72 % frente a 2022; y según las de la Policía Nacional, a octubre 30 se habían presentado 8551 denuncias de extorsión, un delito basado en aterrorizar a las víctimas, desde las cárceles inclusive y, como consecuencia, con altísimo subregistro.
También utilizó el escalafón de la organización Global Initiative, que le hace seguimiento a la criminalidad en 193 países, en donde Colombia ocupó en 2023 el nada honroso segundo puesto, después de Birmania, en el Índice Mundial de Crimen Organizado, y el primero en América.
La extorsión nunca se fue
El alto ejecutivo recordó que los ganaderos siempre han sido víctimas de las guerrillas y los paramilitares y reiteró que la extorsión es un dolor de cabeza de siempre para los productores. Hoy la extorsión “es practicada por los herederos de unos y otros, convertidos todos en narcotraficantes. La situación más crítica se da en el Caribe y el Magdalena Medio, paradójicamente las regiones priorizadas por el Gobierno para compra de tierras con destino a Reforma Agraria, pero también en Caquetá y en los Llanos, entre otras”.
“Esa es la amenaza efectiva, pero me preocupa más la amenaza latente. Iniciando la década de los 90, ante la incapacidad del Estado para controlar la violencia guerrillera, Gaviria creó las Convivir, luego reglamentadas por Samper (1994), para prestar servicios privados de vigilancia armada en el sector rural, actos administrativos que tuvieron control de constitucionalidad, pero los Gobiernos también fueron incapaces de controlarlas. El resultado: las Autodefensas Unidas de Colombia y el escalamiento de la violencia”, manifestó.
Murillo, el estratega de seguridad para los ganaderos en articulación con la Policía
Y consideró: “Para los ganaderos me preocupa que, vulnerables frente a la falta de protección del Estado y la amenaza contra sus bienes o la pérdida de su libertad y hasta de la vida, si no se someten a la extorsión por parte de grupos criminales que hoy ejercen control territorial, el miedo y la necesidad de protección vuelvan al sector rural o resucite la idea de unirse y armarse”.
El presidente ejecutivo de Fedegán se anticipa a esta amenaza latente vinculando al general (r) de la Policía Nacional, Fernando Murillo, exdirector del Gaula y la DIJIN, para diseñar mecanismos de alertas tempranas y de articulación con la Fuerza Pública, que permitan prevenir los delitos de secuestro, extorsión y abigeato, y así evitar una nueva vorágine de violencia rural en la que los ganaderos vuelvan a ser las primeras víctimas.
“El país no puede olvidar que la ganadería está en todo el territorio rural, en 1105 de los 1122 municipios, como expresión de soberanía efectiva y listos para colaborar con la Fuerza Pública. Por ello, que no nos dejen otra vez solos frente a la delincuencia es nuestro clamor al Gobierno y al país todo; que aprendamos de la historia… y no la repitamos”, expresó.
Hoja de vida impecable
Murillo Orrego tiene una impecable hoja de vida de más de 36 años al servicio de la Policía Nacional de Colombia. Cuenta con más de 250 felicitaciones en su folio de vida y su experiencia le merecieron más de 150 reconocimientos y medallas.
Nació en Bogotá, fue criado en tierras tolimenses y obtuvo su grado de subteniente en la Escuela de Oficiales General Santander. Es hijo de don Álvaro Murillo y doña Flor Urrego. Tiene un matrimonio ejemplar y uno de sus hijos está siguiendo sus pasos en la institución como joven oficial.
Lideró el operativo que dio con la captura del narcotraficante y cabecilla del Clan del Golfo, Alias Otoniel; hizo parte del afamado Bloque de Búsqueda que persiguió y dio de baja al capo Pablo Escobar; y estuvo al frente del rescate de la sobrina del fallecido escritor y Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, que había sido secuestrada por delincuentes comunes.