En un evento lleno de simbolismo y solidaridad, el programa «Una Vaca por la Paz», de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), entregó 14 vacas preñadas a los carabineros de la Policía Nacional. La donación fue realizada por la ganadera Catalina Botero y tuvo lugar en Arjona, un municipio del departamento de Bolívar.

El acto fue organizado por el Comité de Ganaderos de Arjona y contó con la presencia de destacadas figuras del ámbito ganadero y político. José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, encabezó la ceremonia junto con la congresista María Fernanda Cabal, quien hace casi 20 años creó esta estrategia social con el objetivo de promover la paz y el desarrollo en comunidades afectadas por el conflicto armado.

El programa «Una Vaca por la Paz» ha sido un pilar en la labor de reconciliación y apoyo a comunidades en Colombia. Esta iniciativa busca, a través de donaciones de ganado, proporcionar recursos que contribuyan al bienestar y estabilidad de regiones que han sufrido los estragos de la violencia.

Durante el evento, tanto Lafaurie Rivera como Cabal destacaron la importancia de la colaboración entre el sector ganadero y las fuerzas de seguridad en la construcción de un entorno más pacífico.

“Ellos arriesgan su vida, que viven enfrentando el abigeato y que viven exponiéndose en la ruralidad de Colombia. La complejidad de este país hace que ellos sean nuestros héroes, como los infantes de Marina, como los soldados de Colombia”, dijo la senadora María Fernanda Cabal.

En su intervención, la congresista recordó los inicios del programa y la evolución que ha tenido a lo largo de los años, subrayando la relevancia de mantener vivas estas iniciativas que fomentan la unión y el apoyo mutuo en tiempos de necesidad.

La donación de las vacas preñadas representa un aporte significativo para los carabineros, quienes desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del orden y la seguridad en las regiones afectadas.

El programa «Una Vaca por la Paz» continúa siendo un ejemplo de cómo la sociedad civil puede contribuir al desarrollo de las comunidades vulnerables; además, no solo fortalece el vínculo entre el sector ganadero y las autoridades, sino que también simboliza el compromiso continuo que tiene el gremio con la paz y la reconciliación en Colombia.