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Foto: Joaquín Ramírez - elpilon.com.co

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En el Cesar, las vías terciarias “tienen más huecos que un rallador”

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Además de los secuestros, la extorsión, y el abigeato, los ganaderos tienen que hacer 'vaca' para arreglar las vías terciarias, que son fundamentales para sacar los productos al mercado desde lugares recónditos.

El estado de las carreteras ha sido motivo de preocupación constante para los habitantes de la región del Cesar, quienes a menudo enfrentan dificultades para transitar por caminos deteriorados, mal mantenidos y, en muchos casos, completamente intransitables. (Lea en CONtexto ganadero: Falta de vías terciarias y su efecto sobre la seguridad alimentaria)

Según Eudes Antonio Garzón, médico veterinario zootecnista y profesional arraigado en la región del Cesar, la crítica situación de las vías terciarias es un tema recurrente entre agricultores, ganaderos y residentes locales.

Garzón relata que, en algunas áreas, las alcaldías locales han intervenido parcialmente las carreteras, aunque con recursos limitados y en ocasiones insuficientes para abordar las necesidades de mantenimiento y reparación a largo plazo.

Además, el profesional destaca la contribución ‘voluntaria’ de ganaderos y agricultores para el arreglo de las vías, conocida como ‘vaca’, (lo cual) refleja la falta de inversión pública adecuada en la infraestructura rural.

Durante la temporada de verano, cuando las condiciones climáticas son más favorables, se observa un esfuerzo conjunto por parte de la administración municipal, la comunidad local e incluso algunas empresas del sector privado para mejorar las vías terciarias.

Esta colaboración temporal a menudo resulta en reparaciones superficiales y parches que no abordan los problemas estructurales de las vías. Sin embargo, cuando llega la temporada de lluvias, la fragilidad de estas soluciones se hace evidente, ya que las carreteras vuelven a sufrir daños significativos, dejando a las comunidades nuevamente aisladas, con dificultades para acceder a servicios básicos y mercados.

De acuerdo con Garzón, el ciclo de reparación y deterioro se ve exacerbado por la naturaleza política de la gestión de las vías terciarias. Con cada cambio de administración municipal, los arreglos de carretera se convierten en una prioridad, a menudo utilizada como medida de la efectividad y compromiso de los alcaldes entrantes y salientes.

Sin embargo, estas intervenciones a corto plazo rara vez se traducen en mejoras duraderas, ya que las necesidades de mantenimiento continuo y la falta de planificación a largo plazo persisten.

Las comunidades rurales del Cesar, cuya subsistencia depende en gran medida de la capacidad de acceder a los mercados y servicios, enfrentan una situación precaria debido al estado de las vías terciarias. La falta de infraestructura vial adecuada no solo dificulta el transporte de productos agrícolas y ganaderos, sino que también limita el acceso a servicios de educación, salud y otras oportunidades de desarrollo.

Para abordar estos desafíos de manera efectiva, Garzón afirma que se requiere una respuesta integral y sostenible que involucre tanto a las autoridades gubernamentales como a las comunidades locales. Esto incluye una mayor inversión pública en infraestructura vial rural, la implementación de un programa de mantenimiento a largo plazo y la promoción de la participación comunitaria en la planificación y ejecución de proyectos. (Lea en CONtexto ganadero: Recuperar 1.000 kilómetros de vías terciarias, apuesta de Antioquia)


Qué vías están más afectadas


Garzón señala que los productores han manifestado daños en la vía ‘Loma linda’, de la vereda la Luna. Dicha vía está en muy malas condiciones desde hace mucho tiempo y tiende a empeorar con la llegada de las lluvias.

Lo mismo sucede con la trocha de trocha de Siberia hasta la vereda Guaimaral, que está perdida por el monte y los huecos. Los ganaderos le han manifestado a Garzón que “la vía de la vereda Puerto lajas tiene más hueco que un rallador”.

El profesional sostiene que “son pocos los municipios que logran más del 90% de su red vial intervenida. Eso debería ser una lectura que la comunidad de cada municipio tenga a la mano para medir la efectividad de la ejecución de obras en tema vial”.