Los primeros sistemas automáticos de ordeño datan de la década de los noventa del siglo pasado. Aquellos pioneros, que reflejaban el avance de las tecnologías de la automatización y la gestión digital, se estrenaron en Dinamarca y Países Bajos, dos potencias en industrialización ganadera, aunque con características mejorables.
Así lo plantea un trabajo del BBVA donde señala que además, esta tecnología está llegando progresivamente a otros países como España o en América Latina a lugares como Argentina, donde los ganaderos valoran la inversión frente a los aumentos en producción de leche.
“No eran lo suficientemente suaves con los animales, a diferencia de los actuales que se desarrollan para garantizar el bienestar animal y también del agricultor porque le ahorran muchas horas de trabajo”, explica Pilar Barreiro, catedrática de Ingeniería Agroforestal de la Universidad Politécnica de Madrid.
“El ordeño mecánico realiza la extracción de leche de manera automática, pero requiere de operarios que coloquen la pezonera en las ubres y decidan cuándo ordeñar”, según Pilar Santolaria, profesora del departamento de Producción Animal de la Escuela Politécnica Superior de Zaragoza. (Lea: Los sistemas de ordeño cada día se fundamentan más en la tecnología, conózcalas)
Sin embargo, existe otro sistema mucho más autónomo de ordeño robotizado, generalmente basado en sensores láser que localizan las ubres y colocan las pezoneras sin que intervenga ninguna persona en la operación. “Los animales entran libremente a la instalación de ordeño cuando quieren liberarse del peso de la ubre, se les da pienso y, cuando detecta un flujo de leche bajo, la pezonera se suelta para evitar el sobreordeño”, añade Santolaria.
Además del ahorro de tiempo y dinero por la menor necesidad de mano de obra, también puede contribuir al incremento de la producción de leche en el sentido de que permite aumentar el tamaño de la cabaña ganadera y ordeñar en cualquier momento sin depender de personal o de horarios limitados.
“Los animales, al entrar en el sistema cuando sienten la necesidad, marcan su propia pauta natural de ordeño y esta mayor libertad de movimientos puede ayudar a su bienestar y a que se sientan más cómodos”, añade.
A ello se suma la ventaja del seguimiento individual, ya que el sistema gestiona la información de diferentes variables útiles como las veces que ha sido ordeñado cada ejemplar, los litros de leche producidos o la ingesta de comida.
Según el estudio ‘Ordeño robotizado: tecnología, diseño de la granja y efectos en el flujo de trabajo’ publicado en el ‘Journal of Dairy Science’, las explotaciones robotizadas reducen un 29 % el trabajo respecto a las de sistemas manuales, lo que contribuye a unos horarios más flexibles para los granjeros. “Esta tecnología jugará un papel importante en el futuro de la industria láctea”, afirma el informe. (Lea: Ordeño mecánico, una opción al alcance de todos los ganaderos)
Sin embargo también hay algunos problemas. “Son máquinas caras, aunque a la larga se compensa con el ahorro en la mano de obra”, aclara Santolaria, y siempre que el tamaño de la explotación garantice el retorno de la inversión en un plazo razonable.
Ese costo inicial explica que por lo general sean granjas grandes las que deciden instalarlo, aunque “está surgiendo la tendencia a crear sistemas más pequeños para abastecer a granjeros medianos”, apunta Barreiro.
Caso colombiano
En Colombia ya se encuentran sistemas robotizados que permiten un incremento significativo en la producción de leche, disminuyen los costos e incentivan a los productores a la adopción de procesos poco convencionales.
Según Marcelo Catalá, gerente de DeLaval Robótica Latinoamérica, en una nota de TVAgro, el sistema robótico a nivel comercial lleva 30 años de desarrollo, aunque el Latinoamérica se inició en 2009 y en Colombia comenzó desde el 2020.
El principal beneficio es el ahorro en mano de obra porque no se necesita a nadie que esté ordeñando pero más allá de eso el verdadero beneficio está en el aumento de la producción. (Lea: Estos son los componentes en un sistema de ordeño mecánico tradicional)
Por su parte, Bastian Mira, gerente de sistema de ordeño robótico de DeLaval Chile, entre las principales condiciones que se necesitan para implementar esta novedad es estar abierto al cambio, ver y hacer las cosas de manera diferente. Además se debe estar dispuesto a interactuar con nuevos dispositivos.
Como se deja de tener ese contacto directo con las vacas en el ordeño, el robot se transforma en un centro de información que va capturando ciertos datos y por eso hay que saber interpretarlos y dedicarle un tiempo diario a este análisis.
También se debe estar atento a las praderas que son el alimento de las vacas porque de allí depende el resultado del ordeño.