Desde el año 2014, Vecol en alianza con diferentes instituciones, viene trabajando para ayudar a los productores a manejar la salud en sus explotaciones. Este año se vienen desarrollando proyectos en el norte de Urabá y el norte y centro del Valle del Cauca con ganado bovino de doble propósito.
Según Julio César Tobón Torreglosa, Especialista MSc. PhD Coordinador P.E.S. de Vecol, al iniciar los proyectos se pensó en zonas en las cuales fuera importante fortalecer el desempeño del sector pecuario y fue cuando se expidió el Conpes de excelencia sanitaria. Lo que se pretendía era identificar las enfermedades que impactaban a las zonas que podrían ser de mayor productividad y ver cómo ayudar a los productores a optimizar todo este proceso, las diferentes alternativas de manejo, teniendo en cuenta aspectos como productos inocuos, ser amigables con el medio ambiente y ser productivos desde la medicina preventiva.
En cuanto a los que se pusieron en marcha este año, se inició desde el mes de agosto un proyecto sanitario de alto impacto social y económico en 4 municipios del Urabá norte que beneficiará inicialmente y de manera directa a 142 productores ganaderos de ésta subregión.
El trabajo incluye el muestreo, procesamiento e interpretación de resultados con tratamientos de una batería importante de enfermedades infecto-contagiosas y zoonóticas de la zona, basados en un muestreo con metodología científica para proyección epidemiológica hecha por primera vez en la región con éste alcance, que permitirá a técnicos y poseedores de ganado realizar las correcciones requeridas en sus hatos, con el fin de avanzar en una producción limpia con beneficios económicos comerciales nacionales e internacionales, a su vez que se promueve la salud humana.
Las zonas de este año se escogieron por solicitud de la gremialidad, los productores y las alcaldías. Por ejemplo, en Urabá se tenía una carta de cada municipio que suman doce, pero el proyecto se desarrolla en cuatro porque la cobertura da para epidemiológicamente trabajar una zona en la cual el muestreo sea relevante y tratar los predios en los cuales se tengan resultados tiene un costo alto y por eso se trabaja por zonas. (Lea en CONtexto ganadero: Vecol, el aliado estratégico de los ganaderos)
El proyecto piloto se desarrolló en Guachucal, Las Palomas (Montería) y Subachoque y fue tal la acogida por parte de los productores que se fue ampliando de tal manera que se pasó de ocho proyectos que estaban planteados a 31 que iban hasta el año pasado.
Lo esperado
A lo largo del trabajo que se ha venido realizando hay una serie de enfermedades parasitarias que se esperaban, pero otras que no en la cantidad que se tienen y algunas zoonóticas.
En Urabá se está en el proceso de diagnóstico y a la espera de ver qué se encuentra para lo cual se evaluarán más de cien predios y mil muestras para tener una certeza de qué enfermedades existen.
Algo similar se está haciendo en el Valle del Cauca, en seis municipios, y en los dos casos, es decir, incluyendo Urabá, son bovinos de doble propósito.
A nivel regional las enfermedades que se han evidenciado ya existen, algunas tienen tratamiento y otras no (por ejemplo la Leucosis bovina), pero se están cerciorando y teniendo una prevalencia muy acertada y real a nivel nacional. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué debe contener un plan sanitario?)
En las dos nuevas regiones que se comenzaron a evaluar este año se espera tener información a comienzos del próximo año y evidenciar las enfermedades existentes para empezar a hacer el tratamiento correspondiente, desde lo curativo y preventivo. Se realizarán capacitaciones y, acompañamiento en constante a los productores mientras se implementa el proyecto.
Los proyectos tienen una duración estimada de dos años y medio y siempre se involucra a alguna universidad para que sea el soporte en el diagnóstico y para los productores cuando el proyecto finalice.
Se requiere una suma de voluntades para realizar este tipo de acciones, lo cual se ha logrado gracias a la voluntad de las alcaldías, los gremios, las universidades, Agrosavia, etc.
Igualmente se busca que los productores lleven registros con la información que sale de este trabajo y de lo que ellos van encontrando en sus fincas.
En todos los proyectos se termina generando diverso tipo de información que sirva tanto para la academia como para los productores y los técnicos. Se elaboran manuales en los cuales se cuenta qué se hizo, de qué manera, qué se encontró y qué se plantea para el manejo, con el fin que las comunidades puedan tener una guía para cuando el proyecto se acabe.