Normalmente, los bovinos se echan en un suelo fresco, seco y rodeado de árboles, como parte de la rutina diaria de descanso y para procesar el alimento ingerido. En otros casos se encuentran desplomados por causas patológicas.
Es así como aprender a diferenciar entre una res echada por confort y una por malestar forma parte de las funciones de observación que se deben cumplir en un predio ganadero. Un médico veterinario y un zooctenista de Fedegán hablan de las variables existentes alrededor del tema.
Joel Enrique Berrío, médico veterinario-zooctenista y profesional de gestión productiva y salud animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, explicó que un bovino descansa cuando comienza a rumiar, lo que se ve por el brillo de sus ojos y la humedad en el hocico.
Las vacas durante el periodo de lactancia pueden descompensar los niveles de minerales en el cuerpo, en especial del calcio y magnesio, hasta el punto de desplomarse con el cuello hacia un lado. Incluso se pueden observar con parálisis en los músculos, lo que es señal de alarma para un productor. (Lea: 14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado en Colombia)
“Cuando la vaca está así, le llaman la fiebre de la leche”, anotó Berrío.
El médico veterinario de Fedegán manifestó que un animal débil por falta de fuerza para sostener su peso se echa en el suelo además por falta de nutrientes y energía. En casos igual de dramáticos, una res que padece intoxicación suele permanecer desplomada por una infección bacteriana.
Dijo además que las enfermedades parasitarias atacan siempre el sistema circulatorio, lo que provoca anemia y decaimiento en el animal.
De acuerdo con Ismael Zúñiga, sugerente de salud y bienestar animal de Fedegán-FNG, la anaplasmosis, babesiosis y tripanosomosis generan anorexia, fiebre, anemia, disminución de leche, aborto y muerte.
"La enfermedad anaplasmosis por hemoparásitos genera anemia y la anemia da debilidad y está caída", indicó Berrío.
Gilberto Camacho, zootecnista y profesional de gestión productiva y salud animal de Fedegán, manifestó que las enfermedades de la glándula mamaria ocasionan decaimiento del rumiante en el potrero. (Lea: Piojos invaden ganado por descuido nutricional o sanitario)
“Cuando el establo o corral presentan mucha infección, se facilita que los gérmenes en el suelo o la superficie colonicen la glándula mamaria por medio de los esfínteres o pezones” indicó Camacho.
Aclaró que los bovinos se echan todos los días en diferentes horarios por su condición de rumiantesque requieren de tiempo para completar la digestión de los alimentos.
De la adecuada observación y evaluación de los bovinos, depende diferenciar los motivos por los cuales han decidio echarse en el potrero.