El suelo es uno de los protagonistas en el trabajo de cualquier productor, pues de sus condiciones depende el crecimiento de las pasturas y el funcionamiento del negocio ganadero. Conozca cómo está compuesto este suelo y cuáles son sus partes visibles y no visibles.
El suelo es una maquina perfectamente engrasada que funciona al 100 % solo cuando todos sus componentes están funcionando en armonía, tal como la naturaleza lo ha diseñado, tal como se explica en la cuenta de Youtube de Gesmontes. Esta es la razón por la que hay que conocer qué tipo de elementos lo componen. (Lea: ¿Qué tanto conoce sobre el suelo? Aquí podrá profundizar en términos importantes)
En el suelo hay dos componentes diferentes que son las partes fundamentales en la composición de un suelo, como explica el ingeniero Juan Casado, “una es la fase visible o medible fácilmente, y otra es la fase invisible”.
La primera es integrada por tres partes fundamentales llamados minerales, materia orgánica y poros del suelo. Los minerales son la parte del suelo que están compuestos por elementos gruesos como la arena, limo, arcilla, siendo la parte que proviene de la degradación de la roca madre y que da lugar a la textura del mismo.
En el caso de la materia orgánica, es una parte fundamental para el correcto funcionamiento del suelo porque una porción importante de la fertilidad y la salud depende de esta. “La materia orgánica se puede considerar como el catalizador de los procesos biológicos del suelo y también de la salud”, menciona Casado.
Cuando se hablan de los poros del suelo se puede decir que es un componente fundamental porque sin estos es imposible la vida vegetal en el suelo debido a que las raíces necesitan que les entre el oxigeno para respirar. “Por tanto, si un suelo está muy compactado y no existen nada de poros, entonces es muy difícil o imposible establecer que alguna planta crezca”, agrega Casado.
La segunda es la parte invisible que también tiene unos componentes integrados por la física, la química y la biología, en donde gracias a la integración de estos tres factores el suelo puede funcionar bien y las plantas que la habitan son productivas y sanas.
“La física en el suelo está relacionada con la capacidad que este tiene de retener agua, permitir la entrada de aire, es decir con la estructura del suelo. Esta tiene que ver en cómo se organizan físicamente las partículas del suelo entre sí con la materia para llevar a cabo la mejora en la estructura que permita la mayor potencialidad productiva vegetal”, detalla Casado. (Lea:Conozca qué pasa con el suelo en los sistemas ganaderos)
La parte química tiene que ver con las relaciones entre elementos químicos dentro del suelo, por lo que para esto es importante entender el pH, conociendo que diferentes niveles de pH dan lugar a distintos bloqueos o liberaciones de nutrientes que en ciertos niveles de pH están bloqueados y en otros están en una cantidad excesiva u óptima.
En palabras de Casado, “esta también permite retener nutrientes dentro del suelo, de manera que cuando la planta necesite de estos, el suelo sea capaz de proveerle esos nutrientes que está necesitando”.
En cuanto a la parte biológica, son aquellos microorganismos que generan un valor al suelo, pues se estima que solo se conoce al día de hoy el 5% de los microorganismos que pueden habitar el suelo, teniendo en cuenta que ese 95% es muy difícil de entender y conocer.
“Esta fase biológica genera muchos beneficios. Por ejemplo, en el caso de los componentes bloqueados por los niveles de pH que tenían poca solución, todos esos microorganismos y biología del suelo desbloquean esos elementos que no estaban presentes. Esta ayuda a la planta a buscar nutrientes y agua donde las raíces de las plantas no llegan y también ayuda a la planta a defenderse contra patógenos”, describe Casado.
Finalmente, esta biología ayuda a reciclar y recircular toda la materia orgánica del suelo, que de otra materia seria medianamente imposible.