Es el caso de la ivermectina que es seis veces más tóxica que la moxidectina para los insectos responsables del reciclaje de la materia orgánica. Un estudio de la Universidad de Alicante demuestra que hay evidencias científicas de este hecho basadas en estudios fisiológicos. Por medio de un estudio comparativo sobre la toxicidad de las moléculas de ivermectina y de moxidectina en la población de escarabajos peloteros adultos, los científicos han concluido que la molécula de ivermectina es seis veces más tóxica que la de moxidectina. Esta es la conclusión del estudio llevado a cabo por el grupo de investigación multidisciplinar liderado por José R. Verdú, del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO) de la Universidad de Alicante (UA). Los resultados del trabajo se publican en la revista Scientific Reports. Con este resultado los científicos recomiendan a los veterinarios y ganaderos el uso de moxidectina como una alternativa a tener en cuenta en la desparasitación del ganado, en sustitución de la ivermectina y para evitar las graves consecuencias que tiene en la Biodiversidad el uso de esta. (Lea: La resistencia a la ivermectina) La ivermectina es un antiparasitario muy eficaz, usado de manera preventiva en el ganado, desde su descubrimiento en 1981. Desde entonces ha experimentado un crecimiento exponencial, hasta convertirse en un tratamiento estándar contra los parásitos, incluso en humanos. Es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un medicamento esencial. En la actualidad, la ivermectina es la molécula más usada a nivel mundial y también una de las más tóxicas para la fauna beneficiosa, asegura José R. Verdú. Los científicos han comparado las dos móleculas y comprobado que la moxidectina “sería una buena alternativa para utilizarla en lugar de la ivermectina. A nivel fisiológico de los insectos afecta muchísimo menos”. El estudio se ha realizado tanto a nivel fisiológico como de comportamiento de los escarabajos peloteros, obteniendo resultados directos sobre cómo le afecta al coleóptero. El estudio fisiológico (sub-letal) analiza si afecta a los órganos, antenas, etc, y el comportamental (pre-letal), que tiene en cuenta si se produce descoordinación de las patas o si el escarabajo se paraliza. La metodología de trabajo seguida, Verdú detalla que ha consistido en la realización de dos pruebas: electroantenografía, que consiste en un test para ver lo sanas que están las antenas y el olfato de los insectos. Para ello contaban con individuos que habían ingerido distintas concentraciones de estas moléculas y, de esta forma, han podido ver cómo reciben el estímulo las antenas, cómo se encontraba el estado de las antenas. (Lea: ¿Por qué es necesario controlar el uso de la ivermectina?) La segunda prueba ha tratado de ver el comportamiento de motilidad, es decir, el caminar, estirar antenas, mover patas; los investigadores tienen detectados síntomas, como son la parálisis parcial, la ataxia o la parálisis total y, en función de esto, apuntan cuantos días han tardado en tener esa parálisis. “En el caso de ivermectina, la ataxia se produce mucho antes en tiempo”. Perjudicial para la fauna coprófaga que elimina el estiércol del ganado El investigador de la UA afirma que, si bien “sí se sabía que era menos tóxica esta molécula, no obstante, con los escarabajos no se había aplicado el estudio a nivel fisiológico”. En los análisis de eco toxicidad realizados se han usado los parámetros adecuados, los límites de toxicidad, “con eso es mucho más fiable". Son parámetros que se usan en los tests de eco toxicidad. La eco toxicidad estudia el efecto de compuestos químicos tóxicos sobre los seres vivos, en especial en cuanto a poblaciones, comunidades y ecosistemas, con el objetivo de ser capaz de predecir los efectos de la contaminación para prevenir cualquier efecto de deterioro ambiental que pueda ser identificado. (Lea: Conozca estrategias para reducir el uso de antiparasitarios) “La ivermectina es la que se usa en más del 90 % de los casos. Muchas farmacéuticas la han comercializado porque es mucho más efectiva pero también más perjudicial para la fauna coprófaga que elimina el estiércol del ganado”, apunta Verdú al tiempo que afirma que de la moxidectina “existe esta alternativa que tiene un efecto similar en la desparasitación. Son los veterinarios los que tienen que tener en cuenta esta alternativa”. En 2017, el mismo equipo multidisciplinar ya confirmaba cómo la ivermectina está afectando a la disminución de fauna coprófaga. Así, la ganadería tratada con ivermectina provoca la acumulación de cinco veces más excrementos por hectárea y año que la ganadería orgánica o ecológica. Fuente: Agencia SINC.