De acuerdo con una investigación de la Universidad de La Salle, es indispensable que en el periodo de transición del preparto al posparto se realicen estrategias para proporcionar la mayor energía posible acorde con la condición corporal para que la próxima ovulación sea exitosa y por ende la reproducción.
Para cumplir el reto o el sueño de todo ganadero de tener una cría por año, es indispensable disminuir la intensidad del Balance Energético Negativo (BEN), para mejorar la eficiencia en materia reproductiva.
Así lo manifestó Wilson Fernando Garzón Rojas, MVZ, Esp. en una investigación para optar al título de Magister en Ciencias Veterinarias, de la Universidad de La Salle, que fue dirigida por María Alexandra Torres Artunduaga, MV, Esp, MSc, PhD. (Lea: Efecto de la adición de grasas protegidas sobre la actividad reproductiva en vacas de leche de alta producción durante el período de transición)
Según el investigador, trabajar en lograr un BEN menos intenso y una adecuada condición corporal de la vaca –medido a través del índice de condición corporal– en el posparto temprano, mejorará sin duda la capacidad de respuesta de los animales ante los retos reproductivos.
En ese sentido Garzón Rojas recomienda realizar esta tarea en el periodo de transición, es decir, 21 días antes y 21 después del parto.
“La transición es un periodo de tiempo muy corto y clave, durante el que se pueden instaurar estrategias de manejo (sanitario, nutricional, etc.)”, resaltó el informe.
Dichas medidas garantizarán el éxito en el desempeño productivo, reproductivo y funcional de las ganaderías en general.
“El trabajo realizado con 36 vacas multíparas de raza Holstein en un período comprendido 28 días antes de la fecha prevista del parto, hasta el día 60 posparto, permitió constatarlo”, afirmó Garzón.
Suplementar
La suplementación nutricional estratégica con una fuente de sales de calcio ácidos grasos poliinsaturados en dichos rumiantes durante el periodo de transición del preparto al posparto permitió elevar el contenido energético.
“Las vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6) que no pueden ser sintetizados por el organismo, es una razón por la cual se deben suministrar”, sostuvo.
El experimento permitió disminuir la intensidad de la energía negativa, y asimismo, de los trastornos metabólicos y endocrinológicos a los cuáles se ven enfrentadas las vacas lecheras de alta producción.
“El adecuado manejo del preparto y del posparto permite una óptima condición corporal, la cual, es el termómetro que mide la intensidad del BEN, y a su vez, incide sobre la eficiencia y eficacia reproductiva”. (Lea: Transición de la vaca seca a lactante, periodo de sumo cuidado)
De acuerdo con la investigación, un BEN intenso en animales genera demoras en el reinicio de la actividad ovárica cíclica, es decir, en el celo siguiente.
De manera simultánea presenta trastornos reproductivos asociados al posparto temprano tales como endometritis, catarros genitales y retenciones de placentas, entre otros.
Para el investigador, si siguen estas recomendaciones se evitará que esto suceda.
“Un mayor aporte de energía, se traduce en un mejor desempeño ovárico y crecimiento folicular lo que favorece ostensiblemente los procesos de ovulación”, puntualizó el informe. (Lea: A menor tamaño de la vaca, mejor desempeño reproductivo)