Entre 70 y 90 días puede durar el periodo de transición de una vaca antes y después del parto. Durante este tiempo, la cantidad energética debe suplir las necesidades del animal, pues de lo contrario está expuesto a infinidad de enfermedades.
La transición de las vacas es un estado que ocurre fisiológicamente por 30 días en el pre parto y entre 30 y 45 días después del nacimiento de la cría. Durante esta etapa el animal debe ser cuidado y observado con mucho detenimiento, para evitar problemas de retenciones en la placenta, afectaciones por vaca caída, entre otras eventualidades. (Lea: Así se calcula la eficiencia alimenticia en vacas lecheras)
Juan Carlos Rojas, zootecnista especializado en nutrición animal, indica que esta es una temporada crítica por la que atraviesan todas las vacas durante su preñez, específicamente unos días antes y después de dar a luz a la cría.
“En el caso de los 30 días antes del nacimiento, los animales deben consumir raciones amiónicas que le permitan al animal evitar problemáticas como los edemas de ubre, entre otras. Una vez superado este proceso, llega el periodo al que llamamos transición que está enfocado hacia la producción de leche y se caracteriza principalmente por una alta demanda energética y de calcio”, afirma Rojas.
Esta es una de las partes más importantes del proceso, pues de su adecuado cuidado se deriva la prevención de enfermedades que afectan la producción de leche de la hembra.
La transición es un periodo crítico porque pueden aparecer infinidad de enfermedades metabólicas basadas en el déficit de alimentación en el pre parto, es decir, que si no hay una buena nutrición durante esos 30 días, en el post parto se pueden presentar problemas de balances energéticos negativos.
La consecuencia de esta falta de alimentación es que se termina afectando la curva de producción, pues el animal no tiene la suficiente energía para sostener la productividad ni para mantenerse así mismo. (Lea: Conozca los efectos de los niveles energéticos y proteicos del alimento en bovinos)
Para Rojas, “la vaca de transición se debe manejar desde la nutrición porque en la parte previa al parto hay que ofrecer alimentos que sean aniónicos, es decir, que no tengan grandes concentraciones de calcio ni de potasio. Esto quiere decir que no se le deben ofrecer pasturas muy jóvenes, sales mineralizadas para ganado en producción de leche, sino que se recomienda un alimento específicamente para hembras en preparto con minerales como azufre y cloro”.
Para el alumbramiento es importante suministrarle al ganado concentrado y dietas calóricas, de tal forma que este pueda sostener la producción de leche sin que el balance energético se vea muy afectado.
De lo contrario, con un balance energético negativo se genera que la cría no tenga los suficientes suministros de calostro porque el que produce es de muy baja calidad.
Ante esto, “la recomendación es tener dietas específicas para ganados en pre parto, pues no se deben ofrecer sales mineralizadas que pertenezcan a otro grupo de producción. Además, es importante utilizar raciones energéticas que le provean la mayor cantidad de energía posible al animal, para esto es clave que el productor se asesore nutricionalmente para llevar a cabo este periodo”, concluye Rojas. (Lea: Un mayor aporte de energía a la vaca, favorece la ovulación)