El secado de las vacas es un proceso fundamental para garantizar su bienestar, la salud de sus crías y el éxito de las futuras lactancias. Según la información compartida por la ingeniera agrónoma y zootecnista Jeraldyn García Arévalo, este procedimiento es necesario para mantener un equilibrio entre la producción lechera y la salud del animal. A continuación, analizaremos el "por qué", "cómo", y "cuándo" del secado de las vacas. (Lea en CONtexto ganadero: Importancia del secado de las vacas sobre la salud de la ubre )
¿Por qué es importante el secado?
El secado en vacas se realiza para asegurar cuatro aspectos esenciales:
- Descanso de la ubre: La glándula mamaria necesita un período de inactividad para recuperarse de la producción anterior y prepararse para la próxima.
- Nutrición del feto: Durante la gestación, la vaca debe destinar más energía y nutrientes para el desarrollo del feto.
- Disminución de problemas de parto: Un secado adecuado reduce las complicaciones al momento del parto.
- Salud general de la vaca: El descanso contribuye a un estado óptimo de salud para la vaca, evitando sobreexplotaciones de su capacidad lechera.
¿Cómo se debe llevar a cabo?
En las razas de carne, las vacas con bajos niveles de producción tienden a secarse solas. Sin embargo, en razas lecheras, donde la producción es mayor y más constante, es necesario inducir el secado. Esto requiere un manejo cuidadoso que incluya monitorear la salud de la ubre y ajustar la dieta de la vaca.
¿Cuándo realizar el secado?
El secado debe llevarse a cabo entre 45 y 60 días antes de la fecha prevista de parto. Realizar el secado antes de este período puede generar pérdidas económicas, mientras que hacerlo demasiado tarde puede afectar tanto al ternero como la curva de lactancia futura de la vaca. Por ello, es importante planificar con antelación este proceso para maximizar sus beneficios.
Etapas del secado: Pre-inducción, Inducción y Post-inducción
El proceso se divide en varias fases, comenzando con la pre-inducción. Aproximadamente 60 días antes del parto, es recomendable hacer una prueba de mastitis para asegurar la salud de la ubre. Al mismo tiempo, se debe reducir gradualmente la cantidad de concentrado que recibe la vaca. En las semanas siguientes, se baja la frecuencia del ordeño hasta suspenderlo por completo.
Durante la fase de inducción, se hace una limpieza completa de la ubre y se aplica un tratamiento antimastítico si es necesario. Este paso es crucial para evitar infecciones y preparar la ubre para el próximo ciclo productivo.
Finalmente, en la etapa de post-inducción, se prioriza el bienestar de la vaca. Es recomendable cambiar el tipo de pasto y reducir la ingesta de sales minerales para evitar complicaciones. Es esencial que el animal esté en un ambiente tranquilo para garantizar un descanso adecuado.