Las vacunas previenen enfermedades bovinas, pero muchas de ellas se pueden evitar en el predio con medidas eficientes de bioseguridad con las que el producto mantiene la sanidad, producción y rentabilidad del negocio ganadero.
La Federación Colombiana de Ganaderos Fedegán, y el Fondo Nacional del Ganado, FNG, han insistido en la consideración de la bioseguridad en el hato bovino, vista como una práctica de inversión y no de gasto.
Ante eso, Contexto ganadero da a conocer los tips que debe tener en cuenta el productor colombiano para conservar la bioseguridad en el predio. (Lea: Sanidad en el hato, herramienta para evitar males reproductivos)
Mario Muñoz, profesional de gestión productiva y salud animal de Fedegán en Codazzi, Cesar, señaló que los primeros en contribuir con la bioseguridad bovina son los trabajadores del predio, quienes no se pueden desplazar de una finca a otra de manera 'campante'.
Cada vez que algun persona se vea en la obligación de visitar un predio bovino debe, al momento de llegar, limpias sus botas y ropa y hacerse un lavado de manos.
En la entrada de las fincas se debe verter cal y poner una piscina superficial con químicos por los que pasarán los vehículos. De esta forma se eliminan los virus y bacterias que el personal podría traer de predios ajenos.
“El mismo lechero, cuando entra a la finca, debe limpiar el vehículo con cal”, afirmó el profesional de Codazzi.
Joel Enrique Berrío, profesional de salud animal de Fedegán en Chigorodó, Antioquia, expuso que es relevante tener un registro por escrito del personal que ingresa y sale de las fincas, porque llegado el caso se reporte una enfermedad, será más fácil evaluar la cadena epidemióloga.
“Se contempla el libro de recepción de quienes llegan a la finca con nombre, apellidos, placa de vehículo, de dónde viene y para dónde va”, anotó Berrío. (Lea: Exigen al ICA controlar brote de estomatitis por falta de vacuna)
Bioseguridad en el potrero
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No dejar maleza en la finca. Lo óptimo es recogerla, guardarla en costales y esperar la visita del camión de basura.
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Cuando se compran animales se someten a un periodo de 20 o 25 días de cuarentena, tiempo durante el cual se observa su comportamiento y las posibles enfermedades que podría tener.
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La cuarentena se realiza en un potrero nuevo. Por ningún motivo las reses recién compradas deben descansar con los animales propios de la finca.
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El control de vectores evita que los hatos adquieran enfermedades infectocontagiosas. El control de plagas: moscos, garrapatas y piojos se logra con higiene, aseo y con la revisión de agua en la que se puedan reproducir las larvas.
Muñoz aseguró que el ganadero en varios ocasiones es “desprevenido” con el tema de bioseguridad y toma medidas de solución cuando en su hato ya se ha reportado un virus. En su opinión, el hato bovino se protege igual que la familia.
“La finca se debe manejar como la casa: los hijos no se dejan jugar con cualquier persona, y se cuidan cuando salen al parque. Son situaciones de prevención e inversión, aseveró el profesional de Fedegán en Cesar.