Durante las primeras horas de vida, el sistema inmunológico del ternero es extremadamente vulnerable, ya que no ha desarrollado su propia defensa contra enfermedades. En ese sentido, el calostro que es la primera secreción láctea producida por la vaca después del parto, se convierte en un recurso vital, proporcionando una alta concentración de inmunoglobulinas que ayudan al ternero a combatir infecciones y enfermedades durante las primeras semanas de vida. (Lea en CONtexto ganadero: Sonda esofágica, opción para dar calostro a terneros)

El momento de la administración del calostro es crucial. Las inmunoglobulinas que contiene deben ser absorbidas por el intestino del ternero antes de que este se cierre, un proceso que comienza aproximadamente una hora después del nacimiento, como se menciona en el portal Ganadería Sos.

Este fenómeno es conocido como ‘cierre intestinal’ y ocurre cuando las células epiteliales del intestino del ternero dejan de ser permeables a las grandes moléculas, como las inmunoglobulinas, que se encuentran en el calostro.

Una vez el intestino se sella, la capacidad del ternero para absorber estos anticuerpos vitales disminuye drásticamente. Por esta razón, se recomienda que el calostro sea administrado tan pronto como sea posible, idealmente dentro de la primera hora de vida del ternero.

Durante este periodo, la absorción de inmunoglobulinas es máxima, lo que garantiza una inmunidad pasiva eficaz y contribuye significativamente a la supervivencia y salud a largo plazo del animal.

En situaciones donde el ternero no puede o no requiere consumir el calostro de manera natural, ya sea por complicaciones durante el parto o debilidad del recién nacido, se puede recurrir al uso de una sonda esofágica para asegurar que el ternero reciba la cantidad adecuada de calostro.

Esta técnica permite al ganadero controlar con precisión la cantidad de calostro administrada, asegurando que el ternero reciba la dosis necesaria para su inmunización. Sin embargo, el uso de la sonda no está exento de riesgos.

Aunque es una herramienta útil, su mal uso puede acarrear serias complicaciones. El calostro administrado a través de una sonda pasa primero por el rumen antes de llegar al abomaso y al intestino. Esto significa, que puede tardar entre 2 o 3 horas en ser absorbido, lo que puede reducir la eficacia de la absorción de inmunoglobulinas debido a la maduración del intestino durante ese tiempo. (Lea en CONtexto ganadero: Siga estas instrucciones para usar una sonda esofágica en terneros)

El uso de sondas esofágica requiere habilidad y experiencia. La persona que la manipule debe estar bien entrenada para evitar causar daño al ternero. Entre los riesgos más comunes se encuentran:

• Daños físicos como en la boca, glándulas, epuglotis, laringe, tráquea y pulmones del ternero recién nacido.
• Riesgos de infección.
• Disminución en la eficacia de la inmunización.