La prevención de la brucelosis es una acción que se debe llevar a cabo en las fincas ganaderas de Colombia bajo estrictas medidas y cuidados con los animales, debido a que existen factores como la preñez y el mejoramiento genético que pueden afectar el proceso.
La brucelosis bovina es una enfermedad que aun genera mucho desconocimiento en el gremio ganadero del país, debido a que no se está familiarizado con la biología, inmunología, vacunación, diagnóstico y normatividad, lo que ocasiona que se cometan errores que pueden ser fatales para el trabajo en la explotación ganadera. (Lea: Resuelva sus inquietudes acerca del diagnóstico de brucelosis bovina)
De acuerdo con Carlos Suárez Ramírez, médico veterinario y especialista en Epidemiologia acreditado por el ICA-Brucelosis y Tuberculosis, este es un tema muy complejo ya que la vacuna RV51 no está indicada en hembras preñadas en el caso de la revacunación.
“Cuando hay casos de brucella o en fincas que revacunan, nosotros recomendamos que esto se haga por lo menos dos meses antes de iniciar cualquier programa reproductivo”, asegura el experto Suárez Ramírez.
Para este profesional, los estudios que hay respecto a la revacunación de hembras preñadas muestran un impacto mínimo en abortos y problemas de fertilidad en el animal.
En palabras de Suárez Ramírez, “no se recomienda vacunar hembras preñadas en algunos países, lo que de acuerdo a los casos si hay una prevalencia alta con situaciones clínicas en predio positivo, la vacunación es para todas las hembras incluyendo las que están en gestación”, manifiesta el experto teniendo en cuenta que los reportes exponen que menos del 1 % de las vacas abortan. (Lea: Brucelosis bovina, un problema de alta prevalencia en Colombia)
En el caso de las hembras adultas, según el profesional se recomienda hacer la revacunación por lo menos dos meses antes de un programa de inseminación o de monta de tal forma que el proceso pueda ser exitoso.
“En las fincas que tienen problemas reproductivos se recomienda revacunar las hembras dos meses después de paridas, ya cuando ha pasado todo el estrés posparto y que el animal está apto para responder a una revacunación, así como que la respuesta optima a esa vacuna”, describe Suárez Ramírez.
El experto asegura que es importante que el productor tenga en cuenta esta información debido a que si no se trata de forma adecuada, el proceso puede llevarse al fracaso y la inversión en las vacunas puede perderse, basando en que esta representa una suma importante para el dueño de la explotación ganadera.
Finalmente, Suárez Ramírez comenta que “hay mucha desinformación, lo que conduce a la confusión, especulación de conceptos, mala elección de pruebas diagnósticas. Así como inadecuada interpretación de resultados y falta de orientación en la toma de medidas”, concluye el profesional. (Lea: ¿Por qué el ganadero debe aprender de la cultura diagnóstica de brucelosis?)