El Índice de Temperatura y Humedad, ITH, se puede ajustar para programar las preñeces y tener épocas del año donde la producción aumente de manera considerable para generar mayor rentabilidad. Sebastián Londoño, propietario de 2 predios de lechería especializada en Cundinamarca y Risaralda, aseguró que tomó una decisión “técnica y administrativa” de estacionalizar los partos de sus reses con el fin de mejorar la productividad. “Yo inseminé de tal manera que los partos arrancaron en febrero y han seguido en marzo y abril. Eso quiere decir que estaré sacando más leche alrededor de abril o mayo”, contó. (Reportaje: Aprenda a incrementar las concepciones en las vacas) Londoño efectuó esta sincronización para contrarrestar el efecto del estrés calórico en el pico de lactancia, de manera que cuando tengan estos picos, no estén en tiempos de calor intenso. Por esta razón, organizó 2 tiempos de partos al año. Si bien esto implica que tendrá menores momentos de producción, el ganadero aseguró que con los picos más altos, podrá compensar y mejorar el promedio del número de litros que obtiene durante el año. “A raíz de un análisis muy juicioso de medir el Índice de Temperatura y Humedad y su efecto sobre la lactancia, nos dimos cuenta que cuando las vacas parían y el ITH era muy alto, afectaba el pico”, precisó. (Lea: Hatos reducen a 90 sus días abiertos, gracias a la planeación de partos) El productor empezó a hacer las mediciones desde más de un año, cuando el fenómeno de El Niño y la sequía estaban en su punto más álgido, lo cual contribuyó con el agotamiento de los pastos y disminuyó la producción de leche. Entonces, organizó un calendario de inseminaciones que se hacen a mitad y a final del año en sus 2 fincas. En Risaralda lo hace con base en el ITH mientras que para Cundinamarca, la razón fue distinta. “En el predio de la Sabana de Bogotá se tomó la decisión por el tema de la oferta forrajera. Lo que ocurría es que los partos coincidían con las heladas, con lo cual las vacas tenían pocos pastos”, indicó. (Lea: La fórmula para que los intervalos entre partos de sus vacas bajen) El efecto negativo, como se mencionó, es que la producción de partos se disminuye con lo cual el flujo de caja es más limitado en la época previa a los partos. “Se trata de manejar la lechería como en los países con estaciones y adaptarse como si uno las tuviera cada semestre. Entonces hay una cosecha de partos en cada semestre, que también exige que uno tenga un momento de poca leche en cada semestre”, dijo. Londoño aclaró que el ITH es distinto en cada región e incluso en cada hato, y que mientras que en el Eje Cafetero es determinante, en la Sabana no se tiene en cuenta. (Lea: Disminuya días abiertos en las vacas para no cerrar la producción) Por su parte, Óscar Ospina, médico veterinario y PhD, explicó que el ITH se maneja sobre todo para regiones de trópico medio y bajo. El rango que se utiliza está entre 60 y 84, de manera que los ejemplares bos Taurus trabajan hasta 74 y los bos indicus hasta 76. “En una temporada donde el ITH está por encima de 78, se deprime el sistema endocrino y disminuye la producción en toda la lactancia de la vaca. Si la vaca pare en una temporada donde el ITH está bajo, va a tener una mejorar respuesta endocrina y dará leche en toda la lactancia”, dijo. El experto señaló que existen herramientas electrónicas, como programas u hojas basadas en Excel, en los cuales se pueden ingresar datos como pluviometría, temperatura y ITH, entre otros. A medida que se siguen los pasos, arroja los meses en los cuales la vaca puede parir para que tenga el mejor desempeño productivo y reproductivo de acuerdo a las condiciones ambientales. “A partir de estos datos, se estima cuándo deben servirse las hembras y entonces el ganadero puede hacer toda la programación operativa para que la granja funcione mejor”, aclaró Ospina.