La fruta que se produce en algunas fincas y que por diferentes razones no se recoge, puede terminar generando contaminación. Una alternativa para su uso es convertirla en silo líquido para alimentar el ganado.
La idea surgió en Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco, en San Vicente del Caguán (Caquetá), donde se contó con un espacio para que los estudiantes realizaran investigación sobre alternativas para combatir la escasez de oferta forrajera en tiempos de crisis, a causa de las temporadas ambientales.
Esta situación de escasez de oferta forrajera es un problema para los ganaderos de la región, pues la base de la alimentación de los ganados en esa región es la pradera.
En algunas temporadas del año es claro ver el desperdicio de frutas en árboles abandonados o que no tienen un fin de recolección, que de una u otra forma genera contaminación por microorganismos patógenos a las demás plantaciones cuando estos están en descomposición. De allí nace la idea de realizar un producto alternativo para alimentación animal con frutos de desecho en el municipio de San Vicente del Caguán.
Frutos de desecho:un alimento rico en carbohidratos y almidones
“El objetivo de esta suplementación es llenar de comida a los animales de producción que tengamos en la finca, además de ser un alimento rico en carbohidratos y almidones que aportan importantes niveles de energía, necesarios en el proceso de desdoblar proteínas en el organismo del animal, y aumentando los niveles productivos de leche, que mejora de cierta manera el ingreso económico al productor”, señala Iván Andrés Guzmán Bustos, estudiante de la Ciudadela, en una nota publicada en el portal ecampesino.co (Lea: Conozca una fórmula sencilla para hacer silo líquido de papa)
Cómo preparar el silo líquido
La realización del producto orgánico cuenta con algunos componentes de fácil accesibilidad y que están al alcance de los ganaderos, que permiten la conservación y el óptimo desempeño del mismo en la adición en la dieta alimentaria, los cuales son: fruta (cualquier especie que se de en la región en abundancia), melaza, agua, aceite y recipiente de almacenamiento.
Lo primero que se debe hacer es la recolección de frutas (la mayor cantidad posible), cortarla en partes mayores a 2 centímetros, depositarla en un recipiente que permita la conservación del producto, agregar agua con melaza, en la medida que se genere una disolución homogénea y por último agregar aceite sobre la fruta y el agua-melaza, este último paso es importante para evitar el contacto de bacterias y organismos del medio ambiente y que se genere un ambiente de descomposición.
Se debe esperar como mínimo 21 días para que el producto pueda ser adicionado a la dieta de los bovinos, con el fin de que la fermentación sea exitosa, este proceso se debe hacer con un tiempo de acostumbramiento para que el animal se adapte al nuevo alimento, suministrando en pocas cantidades y llegando hasta 5 kg por animal/día.
Los resultados son excelentes si se realizan los procedimientos en forma correcta y si la conservación ha tenido su proceso adecuado. (Lea: Conozca los procesos de ensilaje líquido y ensilaje salino)
Aprovechar los recursos que ofrece el mismo medio en el que se encuentra el productor para suministrar alimento a los animales reduce costos, pues al comparar su costo con el de un concentrado convencional, la diferencia es notoria; además aumenta la producción, lo cual mejora los resultados económicos, favoreciendo a la par el medio ambiente, concluye Guzmán Bustos.