Actualmente las personas del campo han logrado analizar que el aspecto físico y la corpulencia de un toro no representan sus mejores cualidades. Para los expertos en la escogencia de un buen semental reproductivo se debe tener claro el índice de producción.

Ramón Guillermo Gómez Domínguez es un médico veterinario y zootecnista con Maestría en Administración de Negocios que cuenta con 20 años de experiencia en uso de herramientas de biotecnología reproductiva, por lo cual indica que “no se debe dar por hecho el índice de producción de un semental solo por lo que tienen buenas referencias”, comenta.

El experto explica que una vez se haya seleccionado el toro es muy importante en el proceso de reproducción, sobre todo cuando se trabaja con fertilización in vitro el índice de producción de este animal.

“Muchas veces asumimos que simplemente porque ya escogimos el toro de nuestra elección y además porque ya lo está usando el vecino y algunos amigos, vamos a tener al toro número uno y ya tenemos el problema solucionado”, comenta Gómez Domínguez. (Lea: ¿Toro o reproductor?, duda que define la evolución en genética bovina) 

Aunque las casas comerciales de semen son en su mayoría muy serias y el toro viene con unos parámetros mínimos de congelación que garantizan un estándar de calidad para hacer utilizadas, la realidad es que en el trabajo biológico influyen muchas variables que muchas veces no son tenidas en cuenta.

“Estas variable nos pueden afectar nuestros procedimientos reproductivos. Por ejemplo, tenemos un toro con un lote de congelación que al conectarse, puede que no todos los días el toro esté en su mejor momento, por lo cual se puede tener mejor o peor rendimiento a la hora de producir embriones, siendo esta una variable demasiado importante”, detalla Gómez Domínguez.

Uno de los consejos de este experto es que cuando el productor quiera hacer embriones y manejar sus programas de biotecnología reproductiva, lo primero que debe hacer es tratar de averiguar este tipo de información del toro, que suele estar disponible.

“Normalmente estos datos no los tienen las casas de semen sino pueden tenerlos las casas que hacen los embriones, manejando así con detalle los lotes de congelación de cada animal, que es la información que debe conocer el productor”, asegura Gómez Domínguez.

El experto ejemplifica que si el productor tiene la suerte de conseguir unas pajillas del toro de diciembre de 2018, la probabilidad es que de cada 3 óvulos, al menos se produzca un embrión. “Pero si por ejemplo me conseguí la pajilla de octubre de 2019, probablemente él esté produciendo menos de la mitad del mencionado anteriormente”, expresa Gómez Domínguez. (Lea: ¿En qué consisten los otros índices de méritos para elegir pajillas?)

Para el experto es importante que el productor tenga claro este tipo de aspectos debido a que una pajilla tiene un alto valor económico, por lo cual hay buscar en el mercado una que produzca un mayor número de embriones.

“Si el lote especifico produce más embriones, que si no se metieron en las receptoras lo puede congelar y así diluir la inversión que se hace al inicio del proceso reproductivo”, concluye Gómez Domínguez. (Lea: ¿Qué debe tener un toro reproductor en un hato de cría?)