Para nadie es un secreto que los sistemas de trazabilidad quieren facilitarle el proceso al ganadero y a los consumidores, quienes finalmente son los receptores del producto final. En este sistema entra en juego el cuidado y compromiso. Es por lo anterior que a continuación se explica cómo funciona en caso de hurtos.

El hurto de animales es un delito que se vive a nivel mundial. En algunos países como Colombia, el escenario se ha vuelto más caótico en los últimos años. Esta realidad parece convertirse en un detractor o limitante para el proceso de trazabilidad que se quiere alcanzar, por eso expertos aseguran que debe haber un trabajo conjunto entre actores para que los beneficios sean mayores.

Gabriel Osorio Gilard, ingeniero agrónomo egresado de la Universidad de la República Oriental de Uruguay (UDELAR), indica en una charla de TVGAN que el tema del robo de bovinos es un aspecto importante. (Lea: 5 elementos para lograr la trazabilidad bovina en Colombia)

“Los sistemas de trazabilidad de este tipo de identificación son cortados por los ladrones. Es lo primero que hacen al momento de hurtar los bovinos. Esto quiere decir que en el momento en que eso pasa, le perdimos el rastro”, describe Osorio Gilard.

Cuando esto sucede, el profesional menciona que debe haber un trabajo organizado y estricto por parte de las autoridades policiales y judiciales de cada país, para que puedan dar con los delincuentes y con los animales lo antes posible.

De acuerdo con Osorio Gilard, “lo importante es que los servicios policiales y de rastreo encuentren algo que pueda ayudar en el proceso. En el caso de nuestro sistema, no hemos llegado a encontrar la forma pero existen maneras en otros lugares en los que se está trabajando con ADN y se ha logrado detectar una cantidad importante de robos”. (Lea: Programa de trazabilidad bovina superó los 5 millones de animales identificados)  

A esto hay que sumarle, que existen aspectos claves que pueden ayudar en el proceso de identificación de los animales cuando se encuentran fuera de sus predios como lo son la marca, que normalmente le establece cada ganadero.

“Nosotros insistimos con los productores de no olvidarse de marcar porque la propiedad de los animales es la unión de las dos cosas, es decir de la marca y de la caravana o identificación, pero sobre todo de la marca a fuego, pues si está bien puesta es muy difícil que no se encuentre en el animal”, comenta Osorio Gilard.

El académico añade que generalmente cuando se presenta un robo, el 70 % de estos hurtos está dirigido al sacrificio clandestino, entonces todo se convierte en una cadena en la cual deben trabajar los actores que hacen parte de la misma

“Cuando aparece el animal, normalmente se encuentra el ilícito, se sigue la cadena y se llega al primero que cometió el abigeato y se da con el cuero. El problema es que cuando esto pasa, generalmente la identificación no está en el animal”, afirma Osorio Girald. 

Finalmente, el experto asegura que en definitiva, para que no se presenten casos fortuitos, lo ideal es conjugar los dos sistemas, tanto el de identificación como la marca para que sea lo más cercano que se tiene a la realidad y así poder facilitar el trabajo de los actores de la cadena. (Lea: Trazabilidad: camino para garantizar la seguridad alimentaria de nuevas generaciones)