El biocarbón, también conocido como biochar, ha aparecido como una opción prometedora para el medio ambiente. Es un tipo de carbón vegetal producido mediante la descomposición térmica de residuos orgánicos en ausencia de oxígeno, un proceso conocido como pirólisis. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué es el biochar y qué beneficios se han observado en la adición al alimento del ganado?)
Este material se ha utilizado tradicionalmente como enmienda del suelo debido a su capacidad para mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Sin embargo, recientes investigaciones han explorado sus aplicaciones más allá de la agricultura, incluyendo su uso en la alimentación animal.
Jaime Elizondo, ingeniero agrónomo experto en ganadería, explica que “se han hecho muchas pruebas por años en varias partes del mundo, de ofrecer al ganado un poco de biocarbón o carbón activado, y los resultados han sido sorprendentes”.
Para el profesional, antes de suministrarlo a los animales hay que tener claro que sea biocarbón hecho a muy altas temperaturas, y no simplemente carbón vegetal del que se usa para hacer asados, pues no debe contener maderas y debe estar bien hecho.
En palabras de Elizondo, “cuando se tiene un buen biocarbón, este se junta para que los trozos no sean de más de 2 cm de largo, para así ofrecerse al ganado. Este es difícil de digerir por el sabor, pero se puede mezclar con melaza diluida en agua, para que se consuma lo deseado”.
Uno de los principales beneficios de este biocarbón al incorporarse en la dieta bovina es la mejora de la digestibilidad de los alimentos. Gracias a su estructura porosa y su alta superficie específica, el biochar puede adsorber toxicas y compuestos no deseados presentes en el tracto digestivo, lo que facilita una mejor absorción de nutrientes.
La fermentación entérica en bovinos es una de las principales fuentes de emisiones de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto significativo en el cambio climático. Se ha demostrado que la inclusión de biochar en la dieta de los rumiantes pueden reducir la producción de metano, debido a que el biocarbón puede alterar la microbiota ruminal, favoreciendo la reducción de la metanogénesis.
De acuerdo con Elizondo, “lo he usado y he obtenido resultados asombrosos en salud animal, mejor desempeño y un brillo en el pelaje de los animales que no había visto antes. Además, esto ayuda a la reducción de costos porque el consumo de minerales puede disminuir hasta la mitad, pues el animal tiende a sentirse mejor y cuando esto sucede es más fácil el manejo”.
El biocarbón, al actuar como un absorbente natural, puede ayudar a reducir la carga de patógenos y toxinas en el tracto digestivo. Esto puede disminuir la incidencia de enfermedades gastrointestinales, mejorar la conversión alimenticia y, en consecuencia, aumentar la eficiencia productiva.
Sin embargo, su implementación en la ganadería requiere consideraciones específicas. Es fundamental definir las dosis adecuadas de biocarbón en la dieta, ya que una sobredosis podría interferir con la absorción de nutrientes esenciales. (Lea en CONtexto ganadero: Biocarbón, eficaz para la producción de teca blanca, madera dura y gruesa)