Los ganaderos enfrentan retos únicos en la reproducción bovina, como la superfetación, una condición rarísima en la que una vaca vuelve a preñarse cuando ya tiene un embrión exitoso en el vientre. Expertos explican causas y riesgos de este fenómeno, así como las diferencias cuando hay gemelos o mellizos en las ganaderías.
La superfetación en el ganado bovino es un fenómeno extremadamente raro que ocurre cuando una vaca queda preñada nuevamente mientras ya está gestante. Según César Gómez, médico veterinario especialista en reproducción bovina, los casos de superfetación pueden resultar de dos partos con diferencia de días o incluso semanas entre uno y otro.
Esto representa un desafío para el manejo ganadero, ya que el segundo ternero, al nacer después del primero, corre el riesgo de no recibir calostro de calidad, afectando su inmunidad y desarrollo. (Lea en CONtexto ganadero: Lo que usted debe conocer sobre los partos gemelares)
El fenómeno de la superfetación, aunque extremadamente raro, puede ocurrir en vacas que presentan una ovulación adicional mientras ya están gestantes. Esto podría deberse a niveles hormonales inestables o situaciones específicas en las que los niveles de progesterona no son lo suficientemente altos para suprimir la ovulación.
Elvis Barbosa, médico veterinario, resaltó que la aparición de estos casos no es frecuente, pero su impacto puede ser significativo para la eficiencia reproductiva.
“Aunque la superfetación no es común, su manejo requiere mucha atención para evitar pérdidas económicas, especialmente cuando el segundo ternero nace sin haber recibido calostro adecuado”.
Mellizos y gemelos
Por otro lado, está la gestación de mellizos y gemelos, que también plantea interrogantes relevantes. Gómez explicó que los gemelos se originan de una única ovulación fecundada por un espermatozoide, cuyo embrión se divide en dos durante las primeras etapas del desarrollo. Esto da lugar a dos animales genéticamente idénticos, ya sean machos o hembras, ambos generalmente viables para la reproducción futura.
En contraste, los mellizos provienen de dos ovulaciones independientes, que puedan ser fecundadas por uno o dos espermatozoides diferentes. Esto permite la posibilidad de mellizos del mismo o de distinto sexo.
Sin embargo, cuando se trata de un macho y una hembra, el problema radica en la probabilidad de que la hembra presente un fenómeno conocido como Síndrome de Freemartin o ‘freemartinismo’, en el que la exposición a hormonas masculinas durante la gestación causa atrofia de los conductos de Müller, lo que la convierte en una hembra estéril en el 95 % de los casos.
En el caso de la gestación de mellizos, Gómez señaló que las causas son multifactoriales. Uno de los factores genéticos más reconocidos es la predisposición de ciertas razas, como la normando, a presentar doble ovulación.
Otros factores influyentes pueden ser de tipo nutricional, especialmente en animales que consumen pastos con fitoestrógenos, como el trébol rojo, que pueden interferir con el equilibrio hormonal de las vacas. (Lea en CONtexto ganadero: La fertilidad es cinco veces más importante que el desempeño, dice experto)
Además, el uso inapropiado de protocolos hormonales para sincronización de celos también puede ser un detonante. Gómez advirtió que “cuando se manejan hormonas y se excede la dosis, se corre el riesgo de provocar doble ovulación”.
En el caso de los mellizos de distinto sexo, Barbosa recomendó el descarte temprano de la hembra para evitar pérdidas futura en términos reproductivos. Sin embargo, algunos productores pueden optar por mantener estas hembras en el hato como “detectores de celo” debido a su comportamiento hiperactivo, lo que puede ser una ventaja en sistemas de inseminación artificial.
El principal reto de estos fenómenos radica en la toma de decisiones rápidas y acertadas para maximizar la eficiencia reproductiva y evitar el desperdicio de recursos. De acuerdo con Gómez, “los productores deben identificar tempranamente a las hembras potencialmente estériles y definir si se les dará otro uso o se procederá al descarte”.