Uno de los tratamientos de prevención para la presentación de enfermedades son las vacunas. Estas tienen una tipología poco conocida en el sector agropecuario que es necesario tenerla en cuenta a la hora de aplicar cualquier biológico en las explotaciones ganaderas.
Matero Giraldo González, médico veterinario zootecnista, indica en una charla de Tvgan que una vez encontrado el problema u enfermedad, el paso a seguir es que el productor tenga perfectamente claro qué vacunas va a utilizar, dependiendo de la variedad de tipos que van desde vivas o inactivadas, así como a base de toxoides. (Lea: Tips para antes, durante y después de la vacunación)
Vacunas inactivadas
Estas tienen una duración de inmunidad completa, pero su respuesta es un poco lenta y humoral.
“Una de las ventajas de este tipo de vacunas es que puedo utilizarla en vacas preñadas, vacas servidas, vacas próximas a parir sin ningún tipo de restricción, por eso se diferencian de las vacunas vivas”, explica Giraldo González.
Este tipo de vacunas no tiene síntomas indeseables y requieren adyuvantes.
Hay que destacar, que “si yo voy a exportar genética o algún tipo de producto al exterior es importante que se tengan animales vacunados con biológicos inactivados”, asegura Giraldo González.
Vacunas vivas
Su duración de inmunidad es completa, destacándose porque tiene una respuesta más rápida y fuerte que las anteriores. Además este tipo de vacunas es más celular y hormonal.
A diferencia de las vacunas inactivadas, estas sí presentan síntomas similares a la enfermedad de campo como fiebre, disminución de producción, ooforitis, salpingitir y hasta generar “algunos abortos. Siendo esto muy importante de tener en cuenta a la hora de escoger los diferentes planes sanitarios”, menciona Giraldo González. (Lea: 3 errores humanos que producen abortos en las vacas)
Vacunas a base de toxoides
Se utilizan para inmunización activa de los bovinos, especialmente en la prevención de enfermedades como Clostridium perfringens tipos A, B, C y D, C. haemolyticum, C. novyi tipo B, C tetani, C. sordelli y C.chauvoei.
Uno de los puntos a resaltar es que esta vacuna no se puede administrar durante el primer o segundo tercio de la gestación de los bovinos.
Esto muestra un panorama un poco más complejo para el productor dentro de su explotación ganadera debido a que la variedad de vacunas puede llegar a confundirlo. Esta es la razón por la cual este tipo de productos deben ser suministrado luego de una recomendación del profesional veterinario, quien tiene toda la experticia para recetar biológicos que vayan acorde al diagnóstico que presente cada animal o el hato ganadero. (Lea: La importancia de contar con un plan de vacunación en su ganadería)