La selección de una semilla es un proceso al que los profesionales le han invertido mucho tiempo de estudio, debido a que consideran que aún existen muchos productores que se dejan llevar por la moda del momento y no hacen una evaluación rigurosa del material.

La escogencia de la pastura depende de los objetivos que tenga el productor con su finca, pues existen especies con mayor potencia para cada tipo de suelo y exigencia. Los expertos consideran que la decisión de escoger y comprar un tipo de pasto no solo va ligado a la parte fisiológica del material, sino también a un aspecto cultural. (Lea: ¿Sabe usted cómo escoger una semilla para su finca?)

El especialista en semillas Pablo Felipe Valenzuela indica que “muchas persona siempre preguntan qué valor cultural tienen las pasturas, a lo cual mi respuesta es que el valor cultural es el que usted mira y encuentra”, explica el experto.

En el caso de las pruebas en laboratorio, el valor cultural tiene mucho sentido porque va ligado a la pureza, germinación y dormancia del material con el que se quiere trabajar en determinado predio del país.

En palabras de Valenzuala, “pero realmente no tiene laboratorios a la mano y quieren algo mucho más práctico. En estos casos el valor cultural se relaciona con esa observación y análisis que le hace cada productor a la semilla”, expone.

Esto quiere decir que el productor debe mirar con detenimiento el estado de la semilla que va a adquirir, de tal forma que se haga una evaluación del estado y condiciones en la que se pueda comprar ese bulto de material que está en el empaque.

“Usted como productor debe tener claro que debe comprar la semilla en un lugar seguro y en una empresa la cual le garantice que su semilla viene de una buena procedencia, por lo cual le va a dar un respaldo a esa semilla”, expone Valenzuela. (Lea: ¿Qué es lo que usted no ve cuando compra una semilla?)

En cuanto al valor en kilo de la semilla, el experto dice que el objetivo es bueno pero que debe ir ligado a una buena cobertura, recomendando la plantación de 6 a 8 kilos por hectárea porque todo lo que supere esta medida garantiza que tiene menos fumigada por año.

“Con 6 a 8 kilos puede obtener muy buenas plántulas por metro cuadrado de hasta 45 plántulas, lo cual garantiza una fumigada menos al año, relacionando todo esto con los costos en los que se incurre y que debe tener una mano de obra”, comenta Valenzuala.

Para el profesional, la razón de ser de este valor cultural de la semilla va más allá de solo analizar el material, sino que también va ligado al hecho que se debe evaluar los pros y los contras del material para así tomar una buena decisión que va a responder a la inversión que cada productor está realizando en su explotación tanto agrícola como ganadera.

Finalmente, todo lo que no se ve en una semilla puede traer importantes repercusiones para la siembra, porque ocasionarían una falta de funcionalidad en el proceso. El experto radica el problema en la mala escogencia del material, ya sea por los precios o por la calidad del mismo. (Lea: Siembras inician con alerta por semillas de mala calidad)