De acuerdo con una publicación de BloombergNEF, desde 2019, estas empresas han recaudado 123 millones de dólares en inversiones de Breakthrough Energy Ventures LLC, Danone Manifesto Ventures, Elemental Excelerator y Prelude Ventures. Aunque hay varias tecnologías que se están investigando para reducir el metano entérico, los aditivos para piensos son actualmente la forma más avanzada de interrumpir la producción de metano digestivo en los animales.

Los aditivos para piensos son sustancias químicas que se agregan a la comida de los animales para ayudar a reducir la cantidad de metano producido durante la digestión. Estos aditivos representan tan solo el 0,5% de la dieta de una vaca por masa. Startups y empresas agrícolas consolidadas están desarrollando una variedad de estos aditivos inhibidores del metano.

Uno de los aditivos más avanzados actualmente en el mercado es el 3-Nitrooxipropanol, conocido como 3-NOP, de DSM. El uso de 3-NOP ha sido aprobado en más de 45 países y ha demostrado reducir las emisiones de metano digestivo en un 45%.

Además de los aditivos para piensos, otras tecnologías que se están investigando para reducir el metano entérico incluyen la alimentación de algas y el desarrollo de vacunas para alterar la microbiota del rumen, el primer estómago de los rumiantes. Sin embargo, estas tecnologías aún se encuentran en etapas tempranas de investigación y no se han comercializado.

Piensos especiales para reducir metano

Otra opción prometedora es el bromoformo, un aditivo para piensos derivado de las algas rojas, que puede reducir el metano de los eructos hasta en un 80%. Decenas de empresas están cultivando estas algas con fines comerciales, y un puñado de jurisdicciones ya han aprobado su uso.

Otros productos en fase avanzada de desarrollo utilizan aceites esenciales y extractos de cítricos y ajo. Los científicos han identificado más de 90 aditivos para piensos potencialmente productores de metano, como taninos, saponinas y nitratos.

Stephanie Díaz, analista de BNEF afirma “dado que las vacas y otros rumiantes siguen siendo una fuente importante de nutrientes, cualquier tecnología que pueda reducir las emisiones de estos animales podría tener un impacto significativo en el clima”.

Estas intervenciones no son baratas. Utilizar 3-NOP cuesta entre 70 y 80 dólares para evitar que una tonelada de dióxido de carbono equivalente entre en la atmósfera, según DSM.

Tampoco está claro si los consumidores estarán dispuestos a pagar este sobreprecio por el bien del clima. E incluso si los consumidores preocupados por el clima están dispuestos a pagar un sobreprecio -y son capaces de hacerlo-, es posible que no se produzca un aumento real de las adiciones de metano a los piensos con la rapidez suficiente para invertir la tendencia del cambio climático.

El camino hacia el despliegue aún está lleno de baches

Según Díaz, la administración diaria de los aditivos actuales es necesaria para su efectividad, lo que es más práctico en granjas lecheras y cebaderos donde los humanos tienen contacto diario con el ganado. Sin embargo, esto no es común en todo el mundo y se necesitará una regulación y un aumento en la producción para que los aditivos para piensos pasen de la fase de investigación a la de aplicación generalizada. “El cambio en los eructos de las vacas es un proyecto a largo plazo”, explicó Díaz.